Él marido es gay y ella heterosexual: “Tenemos un matrimonio fuerte, dos hijas hermosas y el sexo es genial”

Medios 05/12/2021
pareja

Existen parejas que suelen romper con los estereotipos clásicos de la sociedad. Son poco convencionales e incluso el relato de su historia no deja de llamar la atención. Y un ejemplo que salió a la luz en los medios es este matrimonio: él es homosexual, ella heterosexual y revelan su fórmula para formar una familia feliz y "tener un sexo genial".

Brynn Embley, de 35 años, cuenta que está felizmente casada con Matthew Neilson, de 33. De hecho, más allá de tener dos hijos hermosos y convivir en Michigan (Estados Unidos), admiten que, pese a que la cama no es el motor de ese vínculo, mantienen "sesiones semanales de retroalimentación sexual".

La mujer se describe a sí misma como heterosexual, mientras que su esposo se identifica como gay o pansexual, reconociendo de todos modos que se siente "más atraído por los hombres que por las mujeres".

De acuerdo a lo que expresa en el periódico The Sun, Matthew había salido con hombres y mujeres antes de casarse en 2017, pero nunca había tenido relaciones sexuales con nadie... ni siquiera con su actual esposa.  

Y pese a reconocer que no sabía si alguna vez disfrutaría de tener intimidad con ella, contrajo matrimonio con Brynn y se convirtieron en padres. La inseguridad puede sobrevolar por momentos, más teniendo en cuenta que la química física no es el centro, pero a quién no.

 


Ambos son miembros de la Iglesia de Jesucristo y los Santos de los Últimos Días, una fe que no aprueba las relaciones entre personas del mismo sexo. Por caso, Matthew expresa que una fuerte motivación para salir con mujeres era que no tenía que ser soltero y célibe para siempre.

Justamente Brynn conoció a Matthew vio por primera vez en la iglesia a principios de 2016 y luego de unas pocas citas, él reveló que se sentía atraído por los hombres desde su adolescencia.

Por los mandatos culturales, afirma, salió con mujer a lo largo de sus veintipico... y en todos los casos era honesto sobre su orientación. Como era de esperar, recibió todo tipo de respuestas del otro lado: hubo quienes hicieron el intento y de las que huyeron al escucharlo.

Dada sus experiencias previas, Matthew se encontraba sumamente nervioso por lo que Brynn pensaría. Pero para su sorpresa, ella apenas se encogió de hombros al escuchar su verdad.

"Me miró directamente y dijo ’Brynn, soy gay’. Parecía muy serio, o como si estuviera buscando algún tipo de reacción mía", reconstruye el momento la mujer que vive en Ypsilanti, ciudad ubicada en el condado de Washtenaw.

"Simplemente no fue un gran problema, él estaba conmigo, era su elección, ¿qué más importaba? Ya sabía que no teníamos una fuerte atracción química como la que había experimentado con otros novios, pero realmente no me importaba", dice con sinceridad.

La reflexión de la mujer va más allá. "Sé que él piensa que soy atractiva y se siente atraído por mí, y su orientación sexual no niega esas cosas", dice. Y amplía: "Estaba realmente feliz de tener una relación en la que el punto clave era agradarnos y respetarnos como personas".

Salieron unos meses antes de que él terminara su relación, en parte porque Matthew tenía fuertes sentimientos hacia un hombre. "No creo que realmente tuviera mucho ancho de banda emocional en aquel entonces porque todavía estaba tratando de lidiar con mis fuertes sentimientos hacia otro muchacho", confiesa.

No les pareció justo entonces que ninguno de los dos mantuviera la relación si no estaba seguro de esa atracción básica. Por eso, continuaron siendo amigos, pero incluso el entonces novio de Brynn dijo que tenían química y comenzaron a salir nuevamente en septiembre de 2017.

Matthew, investigador postdoctoral en psicología, revela: “Definitivamente fue un acto de fe, porque todavía no estaba seguro de cómo sería el sexo con Brynn, o con cualquier mujer. Pero confiamos en que los otros elementos de nuestra relación estaban ahí y si esa parte era más difícil, podríamos trabajar juntos".

Su esposa no hace más que confirmar el punto de vista. "Había un sentimiento mutuo de felicidad total y absoluta, como si él fuera mi persona", sentencia más a  allá de las dudas sobre la conexión sexual.

Y allí toma nuevamente la palabra el hombre de barba generosa: "Traté de ser lo más abierto que pude, y no estaba seguro de si incluso disfrutaría del sexo con ella. Pero ambos nos sentimos tranquilos de que disfrutamos abrazándonos, tomados de la mano y besándonos", ejemplifica.

La pareja poco convencional a la vista de los demás hace crecer su relación con terapia y discusiones sexuales semanales programada todos los jueves, donde ofrecen comentarios y consejos.

"Creo que muchas más personas de las que lo cuentan abiertamente son homosexuales, bi, pan u otros -dice Brynn-. La mayoría de mis relaciones anteriores giraban en torno a la atracción química, pero ahora creo que agradar, encajar y complementarse con una persona es mucho más central en una relación a largo plazo.

 Matthew y Brynn al principio tenían dudas pero hoy dicen que el sexo entre ellos funciona.


"El sexo funciona muy bien"

La incertidumbre que daba vueltas una y otra vez por la cabeza de Matthew debido a su experiencia nula en el plano de las relaciones sexuales tuvo su gran noticia: "Y resulta que lo del sexo funciona muy bien, ¡así que todo salió bien!", destacó.

Afirma que ni siquiera sabía realmente qué tan fuerte podría ser su orientación hacia un género u otro, porque pese a que le atraían más los varones en general, aparecían algunas chicas por las que sentía algunas cosquillas.

"Tenía una fuerte motivación para esforzarme mucho para que funcionara con una mujer; no quería estar solo y célibe por el resto de mi vida", reconoce el estadounidense.

Además, pone sobre la mesa una situación: "Escuché a hombres homosexuales decir que ni siquiera pueden imaginarse intentando tener relaciones sexuales con una mujer, y yo nunca me había sentido así", asegura sin dejar de mostrar que claramente no es la parte más fuerte de su vínculo con Brynn.

La pareja fue a Manti, Utah, para finalmente casarse el 27 de diciembre de 2017, y finalmente pudieron tener intimidad entre ellos. "Ahora disfrutamos de tener sexo y estar juntos de esa manera, ¡es un alivio!"

Con toda la sinceridad del mundo, Brynn explica que se estresaría si no tuvieran sexo una cierta cantidad de veces a la semana, porque pensaba que tal vez Matthew no lo disfrutaría lo suficiente. "No es el caso, y trato de recordar que si ambos nos sentimos satisfechos sexualmente, eso es todo lo que importa", confirma.

El matrimonio explica que la sinceridad y la charla resultan clave también en la cama. "Compartimos si necesitamos más, si hay algo que el otro pueda hacer para ayudar a que eso sea una mejor parte de nuestro matrimonio, y así sucesivamente", especifica Brynn sin ponerse colorada.


 

La pareja lleva cuatro años de relación, es feliz y monógama, y tiene dos hijas: Amandine, de dos años, y Ginebra, de uno.

"Nuestra religión enseña que el matrimonio es sólo entre un hombre y una mujer. De todos modos, también queremos que nuestros hijos sean felices y estén seguros de quiénes son y qué o a quién eligen y se sienten atraídos", plantean como punto de disidencia.

Existen ciertas personas que asumen cosas sobre la relación de Brynn y Matthew que están simplemente mal. Por eso ellos tratan de concentrarse solamente en lo positivo, y evitar que los comentarios negativos los desanimen.

"Estamos muy felices en esta peculiar, única y sublime relación", dicen quienes comparte su historia en Instagram en @gayprofessordad. /Clarín

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