A falta de solo tres partidos para el cierre de la fase clasificatoria en el Federal “A”, el panorama en Juventud Antoniana es desolador. Con la derrota en tierras formoseñas, quedó hundido en el fondo de la tabla, a tres puntos de diferencia de Crucero, que ayer logró un triunfo importantísimo por la permanencia.
Además la batalla le quitó a uno de sus mejores soldados, el capitán Martín Esparza, quien vio la roja en medio de la impotencia y estará fuera al menos una fecha.
Del otro lado de la vereda está Central Norte, que hoy es todo felicidad tras la merecida victoria ante el puntero Gimnasia y Tiro, que le permite ser segundo cómodo. Sin apuros, el “cuervo” será “juez y parte” de su archirrival histórico.
En el “Santo” esperan “una mano” del equipo del “Tano” Riggio, que viajará a Misiones la próxima fecha para enfrentar al “colectivero”. Una victoria del azabache en tierras coloradas le permitiría al club de Lerma y San Luis igualar en puntos al colectivero, siempre y cuando realice su tarea y gane en casa.
Justamente, el conjunto antoniano está obligado a ganar en casa ante 9 de Julio para mantener sus esperanzas vivas. A pesar de la difícil situación, hinchas y dirigentes se aferran a la idea de que “mientras haya posibilidades, habrá esperanza”. Además, como dato alentador, las tres últimas fechas se jugarán en Salta, evitando viajes largos y el agotamiento de un plantel demasiado corto, tras la inesperada partida de varios jugadores.
En la penúltima fecha, el calendario tiene preparado un nuevo capítulo del clásico, donde la calculadora y el morbo serán parte de la atracción principal de un partido con realidades contrapuestas. Al “Santo” no le quedan balas y en el “cuervo” reina la tranquilidad.
En Chaco, se jugará la otra final, entre Crucero y Sarmiento, otro de los inesperados actores de la película, ya que luego vendrán a Salta a disputar la última fecha ante Juventud.
La mesa está servida. Juventud no depende de sí, pero el fútbol, es fútbol, y todo puede pasar.
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