El crecimiento descontrolado de hierba se convierte en maleza y afecta los cultivos o las plantas del jardín. Por eso se hace necesario controlarlas utilizando los herbicidas. Se trata de productos químicos o naturales, que por sus características tipos y aplicaciones se pueden conseguir en insumos agropecuarios - QIRA.
Estos productos están especialmente diseñados para erradicar o bien reducir la presencia de maleza con el objetivo de evitar que invada los espacios de plantas cultivadas. De esta manera, colaboran con el mantenimiento de la salubridad de los cultivos incrementando la productividad de las tierras.
A través de la venta de herbicidas, se colabora con la agricultura y la jardinería para conseguir la salud de las plantas. En caso contrario, estas deberán competir por nutrientes, luz solar y agua.
Este tipo de hierbas malas, denominadas genéricamente como maleza, afectan en definitiva la producción de alimentos, reduce la calidad de los cultivos y disminuye la eficiencia de la mano de obra de los productores agrícolas.
Existen en el mercado distintos tipos de herbicidas:
- Pre Emergentes: se aplican antes de la germinación de las semillas de las malezas. Ya en el suelo, forman una barrera química evitando que las semillas de las malezas germinen. Se emplean como control preventivo de malezas y pueden ser utilizados tanto en agricultura como en jardinería.
- Selectivos: formulados para afectar solo a ciertos tipos de plantas, dejando intactas a las especies de cultivos deseados. Recomendables cuando se desea controlar la maleza sin afectar otro tipo de plantas.
- De contacto: actúan al entrar en contacto directo, como su nombre lo indica, con las partes aéreas de las plantas como por ejemplo hojas y tallos. Es de rápida absorción y causa solo daño localizado en la planta tratada. Efectivo para control de maleza anual y pequeñas malas hierbas perennes.
- Sistémicos: son absorbidos por las plantas tratadas y luego actúan a través de su sistema vascular llegando a cada parte de la planta incluidas las raíces. Son de acción más lenta pero aseguran un control total de las malas hierbas perennes y de raíz profunda.
Además de los herbicidas químicos, existen los orgánicos o naturales. Estos últimos no afectan la salud del ser humano ni al medio ambiente. El hecho de ser a base de componentes naturales hace que el resto de las especies y el ecosistema en general no tenga que entrar en contacto con productos químicos nocivos.
Es decir, es un tipo de herbicida respetuoso con insectos beneficiosos, aves y microorganismos presentes en el suelo. De esta forma, no solo no lo dañan sino que contribuyen con la conservación de la biodiversidad y hábitats saludables para todas las especies.
Actúan mediante mecanismos físicos o biológicos e incluso de inhibición del crecimiento, lo que además disminuye la posibilidad de que las malezas desarrollen resistencia; un riesgo que sí se corre al utilizar herbicidas químicos. Además del empleo de herbicidas, existen otras alternativas como la prevención, la rotación de cultivos o el manejo integral de plagas, para lograr una práctica agrícola sostenible.
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