Con 3 hermanos a la espera de ser juzgados, se cumplieron 7 años del crimen de Jimena Salas
Justicia29/01/2024Jimena Beatriz Salas tenía 44 años cuando fue asesinada por, al menos, dos sujetos que, primero se presentaron como dos hombres solidarios que trataban de ayudar a un cachorro a encontrar a su dueño. La tetra, poco usual en nuestra ciudad, fue perfecta para que la víctima se conmoviera con el perrito raza Caniche Toy, del cual nunca se supo más nada, aunque se sospecha que fue muerto y enterrado en los alrededores del barrio Parque General Belgrano, donde residen los acusados.
Los asesinos, según la hipótesis principal, andaban detrás de algún botín suculento en el barrio San Nicolás, en la localidad de Vaqueros. Como enganche, cargaron el can, que le habrían pedido prestado a la novia de uno de ellos, y golpearon todas las puertas de dicho barrio, sin éxito, pues los vecinos no se mostraron interesados en ayudar a los visitantes a encontrar al dueño del supuesto perro extraviado.
Según pudo conocer InformateSalta, así habría sido el desarrollo de los hechos, según los informes y pruebas recolectadas.
Los hermanos habrían llegado a la casa de Salas, madre de dos niñas mellizas. La mujer, que ese día había tenido su primera clase de natación, se compadeció del animal y acompañó a los dos hombres, quienes se movilizaban en un auto oscuro, a buscar al dueño del cachorro.
Como la búsqueda era falsa, no pudo hacer nada, aunque sí se le ocurrió tomarle unas fotos al perrito para luego subirlo a las redes sociales. Esto, según algunos de los investigadores, no fue atinado, pues los delincuentes se sintieron el peligro, ya que creyeron que la mujer los había fotografiado a ellos.
Lo que siguió fue atroz. Los visitantes, que ya habían superado el primer portón de la casa y se hallaban en el hall, decidieron atacar. Se metieron a la casa y allí, uno de los delincuentes amenazó a Jimena con un arma blanca, mientras el otro requisaba una cómoda de la habitación matrimonial.
En eso, el grito de su amigo, procedente de la cocina comedor, lo obligó a volver, instancia, en la que vio a Salas y su cómplice trabados en lucha. Casi a la par, vio a una de las hijas de Jimena, quien también escuchó gritar a su mamá y fue a ver qué sucedía.
Al ver que su hija había quedado al descubierto, Jimena supo que debía luchar aún con mayor fuerza. Como resultado, hirió al delincuente que trataba de reducirla, lo que obligó al otro a entrar en acción. Así, entre ambos, mataron a Salas, la que recibió más de 40 cuchilladas.
Con todo el piso ensangrentado, los ladrones, ahora asesinos, recogieron el celular de Salas y se dieron a la fuga. Antes, tomaron del hombro a la hija de la víctima y la llevaron al baño, donde estaba su hermanita, diagnosticada con autismo. Dejaron a las dos menores en la bañera y se marcharon.
En este punto, se cree que, en el vehículo, un tercer delincuente esperaba, o bien, hacía de campana. Una vez que ganaron la ruta para salir de esa localidad veraniega, se deshicieron del celular de Salas, el que estrellaron contra el pavimento y se fueron.
Poco después de las 13, Nicolás Cajal, esposo de la víctima, llegó a casa. El hombre se dio con el cuerpo ya inerte de su mujer tirado en el piso del comedor, revisó si tenía pulso y, como no advirtió ningún signo de vida, recordó a sus hijas, así que comenzó a llamarlas a gritos.
Una de ellas grito y facilitó su ubicación: estaban en el baño, justo donde uno de los asesinos de su madre las dejó. Una vez que tuvo a salvo a las pequeñas, Cajal llamó al 911 y, desde ese momento, comenzó una larga investigación que, entre otras características principales, tuvo el juicio frustrado contra el mismo viudo y un vendedor ambulante, a quienes los fiscales llevaron a juicio, sin poder probar que los dos acusados habían participado del crimen.
Identificados y detenidos
Tras el frustrado juicio, que no hizo más que dejar a la fiscalía en offside, el caso inició una segunda etapa de investigación. Como resultado, el 20 de septiembre del 2022, fueron detenidos los hermanos Carlos, Guillermo y Javier Saavedra, los nuevos acusados por el crimen de Salas.
Sobre cómo llegaron los fiscales a los Saavedra, se informó que la nueva pesquisa apuntó a revisar todos los indicios ya reunidos. De esta tarea, surgió la idea de identificar a todos los delincuentes de la zona, circunstancias en que se conocieron aspectos de una banda que solía saquear casas residenciales.
Al tirar de este hilo, llegaron al nombre de los “hermanos Saavedra” como jefes de una banda de ladrones que operaban en Vaqueros y La Caldera. Junto a otras pistas, la fiscalía abrochó a los tres hermanos Saavedra como los principales sospechosos del asesinato de Salas.
Tanto así, que avanzó con la detención de los tres hermanos. Uno de ellos, Javier, resultó positivo en el cotejo de su ADN con las muestras genéticas extraídas de las uñas de Jimena y de su ropa, siendo esta la principal razón por la cual, los jueces se mostraron cautos y beneficiaron a los otros dos hermanos con el arresto domiciliario.
Como se sabe, a fines de diciembre pasado, la jueza de garantías 1, Ada Zunino, rechazó un planteo de la defensa de los Saavedra, encarnada por el abogado Marcelo Arancibia, y ordenó el juicio oral y público para los tres imputados: Javier Nicolás, Carlos Damián y Adrián Guillermo Saavedra.
Por la fiscalía, interviene la Unidad de Femicidios, representada por la fiscal Mónica Poma; el fiscal penal de Graves Atentados contra las Personas, Leandro Flores; y su par de Derechos Humanos, Gabriel González, quienes el 16 de julio del año pasado, ya habían pedido juicio para los tres acusados.
Los fiscales consideraron a los hermanos Saavedra como coautores del “homicidio calificado por alevosía, ensañamiento, criminis causa, por el concurso premeditado de dos o más personas y femicidio”, de Salas. Esta calificación, en caso de triunfar, llevaría a los tres acusados a una larga vida en prisión.
De la investigación realizada por la fiscalía, se estableció que días previos al hecho, y desplegando el mismo modus operandi del uso de la mascota para sensibilizar, los individuos abordaron a otras mujeres en la misma zona de Vaqueros, sin lograr concretar ningún ilícito.
Entre otros elementos tenidos en cuenta por los fiscales se mencionaron las imágenes de cámaras de seguridad que registraron la presencia de vehículos de los imputados, ahora secuestrados, en inmediaciones del lugar del hecho, en día y hora precisa, considerados indispensables para la comisión del hecho y para huir rápidamente del lugar.
Como otra prueba de relevancia, se menciona el informe psicológico realizado a los tres imputados en el que quedó plasmado que dos de ellos presentan antecedentes de consumo de sustancias estupefacientes y alcohol, que registran indicadores de peligrosidad y bajo control de sus impulsos en el desarrollo de sus relaciones personales.
Respecto del otro imputado, reveló una personalidad con rasgos psicopáticos, narcisista, egocéntrica y carente de empatía, con indicadores de alta peligrosidad, principalmente hacia las mujeres.
Con estas evidencias, los fiscales esperan acertar con los asesinos de Salas, incógnita que se debelará en este año, probablemente, después de la feria judicial de invierno, cuando se lleve adelante finalmente el juicio a los tres acusados.