El consumo de carne vacuna en Argentina alcanzó su nivel más bajo en 26 años, según un informe reciente de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA).
Este desplome, que alcanza un 14,1% en comparación con el mismo período del año pasado, se refleja en las carnicerías barriales de la capital salteña, donde las ventas disminuyeron drásticamente en las últimas semanas.
Propietarios y encargados de carnicerías de las zonas sur y sudeste de Salta aseguran que las ventas cayeron un 30% en los últimos meses, con una tendencia marcada hacia la compra de carne por gramos.
Los consumidores, afectados por la crisis económica, buscan cortes más económicos y recurren a financiamiento con tarjetas de crédito para adquirir productos más costosos, como el asado.
“Las ventas bajaron muchísimo y los precios subieron. La gente se da un gustito de vez en cuando, pero no lo paga de contado; se endeuda con la tarjeta”, comentó la encargada de una carnicería en la avenida Roberto Romero.
Los cortes más solicitados durante la semana son los más económicos, como la carne molida y los blandos, cuyo precio varía entre 5.500 y 7.300 pesos por kilo.
En otra carnicería del barrio El Tribuno, el panorama es similar. “La gente compra de a gramos. Me piden lo más barato para moler, incluso por 500 gramos”, señaló el encargado.
La situación es tal que muchos consumidores optan por carnes más baratas o alternativas como el pollo, mientras que otros compran solo lo necesario para el día. “Ya ni hacer un guiso es barato porque la carne y las verduras están carísimas”, expresó Patricia Tarifa, vecina del barrio Santa Cecilia a El Tribuno.
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