Desde Salta, el defensor rústico por excelencia, Mauro Laspada fue entrevistado por La Nación

Sociedad28/01/2025
Mauro Laspada

El ex jugador de fútbol, Mauro Laspada, quien desde hace varios años vive en la Ciudad de Salta fue entrevistado por LaNación en dónde contó detalles sobre su vida actual y divertidas anécdotas sobre el fútbol, la vida en primera división y su opinión sobre el fútbol actual.

"Mauro Laspada, por contextura física y por el ADN, era imposible que juegue al fútbol en primera. Pero a base de esfuerzo y sacrificio personal me di el gusto de jugar con los grandes del momento. Estoy súper orgulloso de esa situación y tengo la satisfacción de haber cumplido con el objetivo”, comenzó contando.

El defensor que a su forma marcó época, nació en Punta Alta el 9 de enero de 1975, de chico se fue a jugar a Independiente de Avellaneda, club en el que cursó las divisiones inferiores.

El fútbol siempre fue un estilo de vida, "fue todo para mí. De chiquito no lo tenía como objetivo principal. Se fue dando a través de desafíos cortitos, pero una vez que llegué a Independiente me di cuenta de que eso requería del ciento por ciento de la cabeza y de lo físico para llegar. Ya que había hecho el esfuerzo de estar ahí, tenía que ser profesional y a partir de entonces fue siempre así, hasta que me retiré”.

Desde Godoy Cruz, hasta Olimpo pasando por Atlético de Rafaela, Juventud Antoniana, Alvarado y finalizando su carrera en Sporting de Punta Alta tras una corta estadía en el fútbol de Centroamérica, "estuve un mes en Honduras, en un equipo que se llamaba Platense, pero la experiencia fue espantosa, entonces me volví”.

"Cuando estaba en Olimpo tuve la posibilidad de jugar en Racing, pero Jorge Ledo, el presidente de Olimpo en aquel momento, me dijo: ‘Bueno, cuando tengas todo definido, contame qué te ofrecen’. Cuando le dije, me igualó la oferta más grande que tenía. Él me quería”.

Llegó un momento en el que las cámaras y los flashes se posaron sobre Mauro Laspada, llegando inclusive a grabar una publicidad para el Mundial de Alemania 2006. De esta forma un personaje comenzó a gestarse y dejó una imagen simpática en el mundo del fútbol.

"Que me recuerden así lo tomo hoy con mucha alegría, entendiendo que de esa manera hay un montón de gente del fútbol en el país que hoy saben quién fue Laspada. Si no aparecía ese personaje, se iban a acordar poco, capaz de algún tiro libre o un gol de cabeza, pero me parece que el personaje superó al futbolista. Y eso lo hice sin buscarlo”, reveló a la vez que recordó algunas anécdotas.

"Una de las que más me acuerdo fue cuando jugaba en el ascenso para Juventud Antoniana. En un partido contra Olimpo, el Pícaro (Fabián) Fernández cortó pasto con la mano, me lo mostró y me dijo ‘Tomá, comé, burro’. Yo me enojé porque era chico y se me había trabado la cabeza. Le dije que primero le iba a pegar en los pies, después en la espalda, pero lo que sí le juré era que lo iba a lastimar y lo iba a sacar de la cancha... Después de dos patadas pidió el cambio”, contó.

De todo lo vivido, sostiene que lo hizo siempre feliz: "Me divertí mucho con varios jugadores importantes. Una vez, jugando para Olimpo en Bahía Blanca, contra Vélez, el 9 titular de ellos era el Roly (Rolando) Zárate y después entró su hermano Mauro, en lo que eran sus primeros partidos en primera. En un momento se empezaron a reputear entre los dos, y yo me puse del lado del Roly para que lo putee más todavía a su hermano. Pero todo eso lo hacía para pasarla bien".

“Una vez al Beto (Alberto) Acosta le pedí la camiseta antes de que empiece el partido porque en la familia de mi viejo son hinchas de San Lorenzo. En la mitad del primer tiempo, él me agarró de la camiseta y me la rompió toda. Al rato se acercó y me dijo: ‘Escuchame, cambiátela porque yo así rota no te la voy a cambiar’".

Las patadas, los golpes, la frase "pasa el jugador o la pelota, pero jamás los dos" formaron parte de su carrera. "Todo lo que tenía que ver conmigo adentro de la cancha era así. A muchos les pedí disculpas por golpearlos, muchas veces lo hice sin querer... y otras no", confesó.

"Cuando yo debuté en Godoy Cruz en el Nacional B estaba Abelardo Vallejos. Era una eminencia pegando, yo aprendí mucho de él".

Sin duda, una de las patadas más famosas que ha llegado incluso a remeras y de la que más se acuerda es "la que le di a Rodrigo Palacio en la Bombonera. Esa trascendió. Está hasta en el libro de los 100 años de Boca". Al otro día, le pidió perdón públicamente a Palacio en un programa de radio: “Le pido disculpas. Me di cuenta de la magnitud de la falta cuando vi las imágenes por televisión, ya que en la cancha no me pareció que había sido para tanto”.

Con la llegada de Olimpo a primera, el club buscaba no descender y cada vez que Mauro salvaba una jugada o sacaba una pelota, se festejaba como un gol. "Eso empezó a tener gracia y repercusión mediática cuando estábamos en primera. Hubo un partido contra Arsenal, que ganamos 1 a 0 con gol del Flaco (Alejandro) Delorte, con un centro desde la mitad de la cancha del Chispa (Diego) Cogliandro. Imaginate el partido, Olimpo-Arsenal, ¡horrible!, pero la gente que no había ido a la cancha había escuchado dos estruendos de gol, y el segundo grito fuerte había sido porque faltaba poquito y yo la paré de pecho al borde del área, la saqué fuera de la cancha y se festejó así. Eso me hizo tener una química con el hincha de Olimpo que era graciosa y que me inflaba el pecho".

El cariño de los hinchas quedó demostrado el día en el que una bandera apareció en uno de los alambrados del Carminatti, "Bielsa: Laspada es argentino!!!". "Lo disfruté un montón. Tenía que ver con un pedido genuino del hincha que veía que el 2 de su equipo se mataba por su camiseta y por hacer las cosas bien. Me hubiera encantado que tenga repercusión en la AFA, pero no tuvo", bromeó.

LaNación le consultó sobre que hubiera pasado si le tocaba marcar a Messi, Laspada se rió; "No, no creo que hubiera podido”. De inmediato, se refirió a la tecnología en el fútbol, algo con lo que no se hubiera llevado nada bien: “No podría jugar en esta época porque tiene que ver con lo que te comenté antes. Cuando empecé a entrenarme con los chicos más grandes del plantel me enseñaban cosas que no se podían haber aplicado nunca con el VAR”, reveló.

En 2009, Laspada decidió retirarse, en Sporting de Punta Alta. Hubo un motivo por el que tuvo que dejar de jugar y lo rememoró con mucho humor: “Tenía 34 años y no podía bajar el peso que tenía que tener para jugar”. Su retiro fue muy fácil de asimilar; sólo se trataba de “dar vuelta la página e ir para adelante”. Con el curso de entrenador que ya había hecho mientras jugaba, comenzó a dirigir en Olimpo, en Bahía Blanca: “Primero en el equipo de la liga, también los menores de la AFA, la reserva de AFA y tuve un interinato en primera. Después me llamaron de Juventud Antoniana y también tuve experiencias en Sansinena y Deportivo Roca de Río Negro”.

La llama de seguir siendo director técnico de equipos de primera, se apagó: “Es una etapa que se terminó”, confesó.

Lo cierto es que la decisión tiene por detrás un motivo de peso, y es que "en las categorías del ascenso ya no tienen nada que ver ni el trabajo de los entrenadores ni los refuerzos de jerarquía, porque los partidos los definen desde un escritorio o con árbitros puntuales que sacan los partidos en favor de quien tiene la orden. Eso es lo que más me hizo perder la ilusión. Contra eso no se puede hacer nada, y cuando te da bronca no sabés cómo podés reaccionar, entonces prefiero que no haya una imagen de Mauro reaccionando contra ningún árbitro en ningún lado".

Sobre los cambios en el fútbol local en la actualidad, opinó que "si a vos te cambian las reglas del juego es una cagada. Y acá es peor, porque hay mucha plata en juego. Hay gente que invierte mucho dinero o pide plata prestada para armar equipos con objetivos, y después cambian todo faltando un mes para que termine el campeonato".

En la actualidad Mauro sigue ligado al fútbol, como entrenador en La Academia, “viendo la situación del fútbol infantil y de la locura que había con los niños que jugaban a la pelota, con Sergio Plaza y Adrián Cuadrado, que son dos exfutbolistas de acá, decidimos armar este proyecto”. El proyecto tiene un mensaje claro, "acá los chicos tienen la posibilidad de jugar al fútbol, sin importar si lo hacen bien o mal. Los padres tienen la posibilidad de acompañar, pero no de opinar, y les tratamos de inculcar valores como compañerismo y respeto. A nosotros no nos importa el resultado deportivo".

La Academia lleva cuatro años en Salta, cuentan con 12 profesores, nutricionistas y psicólogas que trabajan con los chicos de forma integral. “Acá van a crecer yendo a jugar a la pelota todas las semanas. En los partidos todos juegan los mismos minutos. Tampoco va a haber un padre insultando al árbitro, ni a los compañeros, ni a los rivales. Es de la forma en la que nos criamos nosotros y ojalá que la podamos hacer continuar en el tiempo”, dijo Laspada.

Laspada integra una empresa agrícola que se especializa en la producción de aceite comestible. “Lo arrancamos después de la pandemia, con José Luis Martino, un amigo del fútbol del que fui compañero en Atlético de Rafaela”. La amistad de muchos años los llevaba a conversar mucho del tema y de ese modo fue que Grupo Cardones -nombre de la compañía- comenzó a tomar forma en la planta ubicada en Oliveros, en Santa Fe, a 40 kilómetros de Rosario.

“Él tuvo acopio con su familia y a partir de sus conocimientos armamos esta empresa en la que traemos aceite refinado. Tuvimos la posibilidad de conocer al Polaco Adrián Bastía, que tiene una aceitera de su propiedad, y nosotros se la alquilamos”. Laspada se dedica a la parte administrativa: “Estamos conociendo el rubro. Te mantiene entretenido, porque vas aprendiendo y te relacionás con gente de otro ámbito”, contó.

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