



Temas de comentario obligado de estas horas fueron dos casos, uno ocurrido con una mujer quien bajó de su auto para atacar a un banderillero en una obra vial, siendo el otro en una escuela donde un alumno quiso atacar a un compañero con un machete, ambos sobresaliendo por la virulencia y la agresividad esgrimida.
¿Por qué hay ese nivel de violencia? ¿Qué lleva a estos estados alterados en la actitud de los salteños? Al respecto el licenciado Matías Arroz, psicólogo, analizó las circunstancias que llevan a las manifestaciones agresivas y la necesidad de revertir ciertas posturas o cuestiones.
En una entrevista por la pantalla de Multivisión Federal, al ser consultado si vivimos en una sociedad más violenta, espetó que “los hechos están a la vista, estamos viviendo en un mundo con exceso de individualismo, si no se regula o interpreta que vivimos en una comunidad, vamos a seguir viendo estos casos”.
También reflexionó que la globalización, como fenómeno que importa diversión como ser ‘halloween’, igualmente trae esta violencia. “Estos episodios los veíamos antes en Estados Unidos, los veíamos en países más violentos, ahora los vemos aquí, con gente que por no poder pasar, se baja y agrede a otra persona”, subrayó.
Una arista que el licenciado llamó a tener en cuenta es la necesidad de ir “hacia atrás” en los orígenes de esa virulencia emocional. En el caso del adolescente con el machete, recordó que también hubo audios agresivos de la madre, lo cual denota “que no había límites”. Por eso “hay que ir hacia atrás, saber que no se puede agredir porque tenga un punto de vista diferente, que aunque esté en desacuerdo con un compañero, no puedo solucionar las cosas con un machete”, puntualizó.
“Evidentemente no todos saben lo que está bien y lo que está mal, el individualismo está llevado al extremo”
Por último, el psicólogo mencionó que esta violencia viene aparejada con la omisión de cargos por manifestar estas actitudes. “Últimamente vemos que no hay consecuencias ante las conductas violentos, hay una sociedad que está ávida de marcar la vida en sociedad, eso que nos enseñaron que mis derechos terminan donde comienzan los del otro no está funcionando”, concluyó.







