Argentina celebra 215 años de la Revolución de Mayo, ¿qué marcó y qué cambió ese día en la historia?

A lo largo de estos días, InformateSalta ha dedicado tiempo a repasar con sus lectores los hechos que dieron lugar a la histórica Revolución de Mayo de 1810, rememorando cómo fueron aquellas jornadas de debate en el Cabildo Abierto de Buenos Aires, que derivaron en la conformación de la primera junta de gobierno.

Para finalizar ese recorrido, es meritorio preguntarse: ¿Qué pasó aquel 25 de mayo de 1810? Hay que indicar que esa fecha marcó un punto de inflexión en la historia de Argentina, donde el movimiento revolucionario, liderado por los criollos, pudo "asumir el control" del territorio del entonces Virreynato del Río de la Plata, reemplazando la autoridad del virrey español..

El epicentro de este levantamiento fue la Plaza de la Victoria, hoy conocida como la histórica Plaza de Mayo. Allí, la ciudadanía de Buenos Aires, conformada por las figuras más influyentes y respetables de la época, se congregó con la firme determinación de destituir al entonces virrey Cisneros. Este clamor popular cristalizó en la formación de la Primera Junta, el primer gobierno patrio que desafió abiertamente el poder colonial.

Semana de Mayo: ¿Qué pasó día por día en la Revolución de 1810?

Este movimiento revolucionario, en sus albores, adoptó una estrategia de cautela al desconocer al Consejo de Regencia español, simulando una lealtad al rey Fernando VII, quien se encontraba prisionero de las fuerzas napoleónicas. Sin embargo, esta táctica dilatoria no era más que una etapa en el camino hacia la emancipación definitiva, un proceso que culminaría formalmente con la declaración de la Independencia el 9 de julio de 1816.

Diversos factores, tanto internos como externos, allanaron el terreno para la Revolución de Mayo. En el ámbito interno, las Invasiones Inglesas de 1806 y 1807 demostraron la capacidad de autodefensa de la población local y fomentaron un sentimiento de identidad. Nada volvería a ser igual.

La fallida asonada de Álzaga en 1809, aunque sofocada, evidenció la creciente tensión. Las revueltas en La Paz y Chuquisaca, el cuestionamiento a la autoridad virreinal tras la caída de Fernando VII y el hartazgo ante el monopolio comercial español fueron también catalizadores cruciales. Este último punto enfrentó a comerciantes monopolistas españoles con los liberales criollos, quienes anhelaban el libre comercio con potencias como Inglaterra.

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En el plano externo, Inglaterra, inmersa en la Revolución Industrial, buscaba ávidamente nuevos mercados para sus productos. La invasión napoleónica a España y el cautiverio de su rey debilitaron significativamente la autoridad de la metrópoli. Las Guerras Napoleónicas en general crearon un clima de inestabilidad global que favoreció los movimientos independentistas. Incluso el traslado de la corte portuguesa a Brasil representaba una potencial amenaza para la región del Río de la Plata.

Las consecuencias de la Revolución de Mayo fueron profundas y multifacéticas. En el ámbito político, si bien Buenos Aires asumió un rol central, la Primera Junta encontró resistencia en facciones realistas, especialmente en regiones como Paraguay y la Banda Oriental (actual Uruguay). El fusilamiento de Santiago de Liniers y la ejecución de Martín de Álzaga ilustran la conflictividad de la época. Además, germinó la profunda divergencia entre unitarios y federales, una división que marcaría la lucha por la organización nacional.

En lo económico, se implementó una política de apertura comercial que favoreció la exportación de materias primas y la importación de manufacturas, consolidando el poder del puerto y la aduana de Buenos Aires, pero afectando negativamente a las economías regionales. Lo cierto es que una nueva nación estaba en camino de nacer.

En esencia, la Revolución de Mayo representó el despertar de una conciencia local y el inicio de un arduo camino hacia la independencia.