



Según relató el periodista de Orán Juan Carlos Corbacho a través de Aries FM, durante la quema oficial de estupefacientes en Altos Hornos Zapla, se descubrió que uno de los paquetes de cocaína había sido reemplazado por una sustancia similar a plastilina.
El hallazgo ocurrió hace dos semanas, cuando una perito de Gendarmería Nacional advirtió irregularidades en un paquete que no coincidía con el que había analizado en una pericia previa. Al abrirlo, encontraron una masa amarillenta y gomosa, totalmente distinta a la cocaína incautada meses atrás.
El caso se remonta a un operativo ocurrido dos meses y medio atrás, cuando una mujer boliviana (que abrió por error un auto idéntico al suyo) terminó detenida tras encontrarse en el vehículo más de tres kilos de cocaína. La mujer fue deportada, y la droga quedó bajo custodia de la Dirección de Drogas Complejas (DICOM) de la Policía de Salta.
“Se presume que en unas dos semanas habrá certezas sobre la composición de esa sustancia. Pero lo concreto es que no era lo que se había incautado”, explicó Corbacho.
Este episodio revive el recuerdo de hechos similares ocurridos durante la gestión del exjuez federal Raúl Reynoso, donde se llegó a incinerar material que no coincidía con lo incautado. Corbacho recordó que, en aquel caso, los 80 kilos de cocaína habían sido reemplazados antes de la destrucción oficial. La sospecha: que la droga fue desviada y reinsertada en el circuito ilegal.
Ahora, las miradas apuntan a la posibilidad de una maniobra interna, en la que la droga habría sido reemplazada por otra sustancia mientras estaba bajo custodia oficial. De confirmarse, podría implicar a fuerzas de seguridad o estructuras judiciales.
Con un valor que ronda los 2.500 a 3.000 dólares por kilo en Bolivia, y precios aún más altos en Orán o Salta capital, el móvil económico detrás de esta maniobra no sería menor. Se esperan los resultados del peritaje químico para saber qué contenía exactamente el paquete y en qué momento se produjo el cambio. La Justicia deberá determinar quiénes tuvieron acceso a la droga desde su incautación hasta su llegada al horno.








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