La Argentina optimista

Columna por Federico Posadas.

Política09/12/2015

Analizando las pasadas elecciones nacionales, existen dos votantes típicos de Macri. Los que lo votaron porque querían un cambio positivo. Convencidos. Con esperanza. Y los que votaron enojados, en contra del kirchnerismo. Llenos de odio y con sed de revancha.

También hay dos típicos votantes de Scioli. Uno convencido, que creía en una sociedad integrada y solidaria. Otro que votaba con miedo por perder lo conseguido.

Las sociedades crecen y prosperan cuando la mayor cantidad de sus ciudadanos votan para adelante. Convencidos y esperanzados. Los que tienen expectativas positivas hacia el futuro. Existe una fuerza creativa en esas comunidades que las hacen mucho más resistentes a las adversidades. Un tipo de sociedad que, incluso con ingenuidad, genera una especie de profecía autocumplida. Cree en un futuro mejor y lo va construyendo cuando esa expectativa paso a paso se ve satisfecha.

En nuestra sociedad esas fuerzas están permanentemente en tensión. No son macristas contra sciolistas ni progresistas contra conservadores. Ni siquiera kirchneristas contra anti kirchneristas. Son temerosos contra esperanzados. Y están bastante bien distribuidos entre ambos bandos.

Está demostrado científicamente que votamos influenciados por la sociedad. Es decir, nuestra opinión y nuestro voto está atravesado por nuestro entorno. El optimismo y el pesimismo también tiende a ser colectivo. Es contagioso. Y es bastante irracional. Sucede, nos embarga y nos condiciona bastante. A veces un entorno positivo nos activa positivamente y el pesimismo extremo muchas veces nos sucede sin que nos demos cuenta como. A pesar de lo que muchos medios y muchas campañas políticas instalaron, el argentino promedio está viviendo esta etapa de la vida política con optimismo, con "fe y esperanza". Más confiado en el futuro que temeroso. Las encuestas muestran por primera vez que el optimismo le gana al pesimismo en Argentina. No ya sobre las perspectivas individuales, que casi siempre son positivas en sociedades individualistas.

También somos optimistas sobre nuestro futuro colectivo. Ese es el gran capital con el que cuenta el futuro gobierno. Más que los votos, más que las reservas, más que el desendeudamiento. Es algo bastante frágil, por cierto, como la opinión y el capricho de un niño. Pero es muy poderoso para transformar realidades. Que se refuerce ese círculo virtuoso dependerá mucho de las primeras acciones de este nuevo gobierno. Cuenta con una mayoría de optimistas que pocos gobiernos tuvieron. Goza de un crédito de optimistas que incluso no lo votaron. Ese capital es como la confianza, muy valiosa, muy difícil de construir. Y en sociedades como la nuestra, hiper vulnerable. Se puede destruir con pocas malas jugadas. El nuevo gobierno tiene la pelota en su campo para construir algo nuevo, distinto y superador. La mayoría de los argentinos esperan esperanzados, optimistas y ansiosos. 

*Federico Posadas, Lic. en Ciencias Políticas. Es consutor, encuestador, Propietario de Choice. 

Fuente: www.informatesalta.com.ar

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