Sin dudas 2019 fue un año distinto y difícil de olvidar. No solo por los vaivenes de la economía, los conflictos sociales sino también por los cambios de rumbo en la política, que marcaron el cierre de una etapa en la provincia y el fin del intento de Cambiemos de consolidarse en el país, que se vio atravesado por la tristemente celebre “grieta” entre macristas y kirchneristas, en la cual muchos quedaron atrapados más allá de algún intento de generar una vía alternativa.

En ese avenida del medio, vale decir, anotó su nombre y dedicó gran parte de su esfuerzo el ahora ex gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey, quien tras 12 años al frente del Ejecutivo Provincial, acompañó al ex ministro de Economía, Roberto Lavagna en la carrera a la Rosada como candidato a vicepresidente, al igual que antes ocurrió con Gustavo Sáenz o Juan Carlos Romero, quienes escoltaron a Sergio Massa y Carlos Menem, respectivamente.

Sabido es que el ganador de la contienda del 10 de Noviembre fue el candidato del frente de Todos, Alberto Fernández, quien con el apoyo y el importante caudal de votos de su compañera de fórmula Cristina Fernández, terminó con el sueño de reelección de Mauricio Macri. El traspaso luego – a diferencia de lo ocurrido en 2015 - fue digno de dos caballeros, y finalizó con un sentido abrazo institucional.

Pero volviendo a Sáenz y Romero, sus nombres, o más bien sus apellidos, dejaron huella en el pasado, pero también en el presente. Sin el apoyo – y para muchos el peso - de la dirigencia nacional, el ex intendente encabezó una campaña solitaria y aplastó al referente K, Sergio “Oso” Leavy, quien abusó de la figura de Alberto y Cristina, y careció de propuestas de cara a la gente.

En un gran gesto político, Sáenz dejó de lado las diferencias de campaña y llamó a la oposición a trabajar juntos. “No vamos permitir que la grieta que divide a los argentinos se instale en Salta”, remarcó emocionado. Pese a la alegría, no hubo demasiado tiempo para los festejos, y al otro día se reunió con Urtubey para iniciar la transición.

Acompañando al ex intendente, estuvo Juan Carlos Romero, quien una vez más logró revalidar su banca como Senador Nacional, pero también su hija Bettina, quien se convirtió en la primera mujer en comandar los destinos de la ciudad de Salta, tras dos años ejerciendo el cargo de diputada provincial, y luego de vencer al candidato del frente de Todos, David Leiva. “Es la hora de los barrios”, resaltó sobre su línea política.

Y hablando de mujeres, otra de las revelaciones fue la periodista Mónica Juárez, quien despacio y sin hacer mucho ruido, llegó al corazón de los barrios y logró ser la más votada en la categoría de Diputados, cuyo presidente - Manuel Santiago Godoy – dejó su lugar luego de 16 años a Esteban “Tutty” Amat. En el Senado no ocurrió lo mismo, y Mashur Lapad fue reelecto como vicepresidente.

En 2019 también varios intendentes históricos quedaron en el camino, como Juan Ángel Pérez, de La Merced; Alfredo Llaya, de Embarcación; Julio Jalit de Pichanal; Manuel Cornejo en Campo Quijano, por nombrar solo algunos ejemplos. Luego de décadas, la gente les indicó con su voto que querían algo distinto.

Y si de distintos se trata, el ámbito del Concejo Deliberante capitalino es el mejor ejemplo. Fue en este espacio donde cantantes, humoristas, influencers y demás, se ganaron la confianza de la gente, y están obligados a devolverla con creces durante los dos años que dure su mandato. El debate por la prórroga del presupuesto y la modificación de la unidad tributaria fueron su primera prueba.

Sin dudas fue un año complejo, y de mucho desgaste, basta nomás con recordar las cuatro veces que fuimos a las urnas, algunas con la clásica boleta papel y otras desde una pantalla, situación que desconcertó a más de uno.

Pero como dicen, se vienen tiempos nuevos, y las esperanzas se renuevan en un futuro mejor. ¡Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo!