Las cuevas secretas de Seclantás: Una escapada distinta para el fin de semana largo
Este fin de semana largo se presenta como una oportunidad ideal para descubrir las Cuevas de Acsibi, uno de los paisajes más impactantes del Valle Calchaquí y una experiencia que combina naturaleza, historia y espiritualidad. Desde Seclantás esperan una buena afluencia de visitantes, especialmente de turistas que se hospedan en Cachi, Molinos y San Carlos.
El descubridor del sitio, conocido como Fido Abán, contó a InformateSalta que ya cuentan con reservas para las excursiones principales: las Cuevas de Acsibi y el sitio ceremonial de altura, que incluye la Laguna de Brealito. “Siempre tenemos gente, sobre todo visitantes de Francia, Bélgica, Países Bajos o Alemania”, explicó. Según aseguró, la llegada de extranjeros se incrementó en los últimos años porque “Acsibi ya se ha dado a conocer a nivel mundial”.
"La parte natural y ambiental es fundamental para nosotros”
Seclantás también fue destacado como uno de los pueblos rurales más lindos del mundo por la ONU, reconocimiento que impulsó aún más el movimiento turístico. Sin embargo, quienes trabajan en estas excursiones aclaran que buscan mantener un perfil especial y no masivo. “No es un destino que se venda masivamente, es un turismo especial, muy dirigido, con mucho contenido cultural, histórico y espiritual”, señaló Abán.
Las excursiones se realizan con guías locales que conocen profundamente el territorio y la historia ancestral de la zona. Según explicaron, muchos caminos deben reconstruirse cada año debido a las lluvias, y se hace de manera manual para preservar el ambiente. “Cuidamos cada detalle. La parte natural y ambiental es fundamental para nosotros”, expresó.
Una de las particularidades del lugar es que muchos visitantes vuelven más de una vez. Al respecto, Abán consideró: “Es una experiencia distinta. La gente quiere volver para mostrarles a otros lo que vivieron”.
Las caminatas son aptas para toda la familia. Son unos 10 kilómetros ida y vuelta, de baja dificultad. “Los niños de 8 años las hacen perfectamente. El cansancio se siente recién al regresar, porque durante el camino los sentidos están hacia afuera”, describió.
Además de las cuevas, también se ofrecen recorridos a los cráteres de los cóndores, las grietas de Pacha y otros sitios arqueológicos vinculados a comunidades ancestrales. Todo el trabajo es realizado por guías de la zona, lo que favorece la economía local.