Riesgos escondidos en el consumo excesivo de sal

El exceso a la hora de salar las comidas puede acarrear diferentes factores de riesgo para nuestra salud. ¿Existen otras formas para sazonar los alimentos que eviten los altos niveles de Sodio? Te lo contamos en esta nota.

Salud 23/03/2017

Transcurrimos la Semana Mundial de Concientización sobre el Consumo de Sal, y a raíz de los riesgos que significa el excedernos en su uso, el Ministerio de Salud de la Nación recomendó reducir su consumo.

Mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no ingerir más de 5 gramos de sodio, el Ministerio de Salud señaló que los argentinos consumimos en promedio 11 gramos. Sin embargo vale aclarar que existen alimentos que ya concentran elevados índices de sodio, como ser el caso de panificados, embutidos, enlatados, congelados, quesos, caldos, sopas y envasados en general.

Atendiendo a los perjuicios que provoca en el organismo, se reglamentó la Ley Nacional N° 26.905 sobre Regulación del Consumo de Sodio, que plantea la reducción progresiva de sal contenida en los alimentos procesados. 

Consecuencias 

El consumo excesivo de sal  tiene innumerables consecuencias, como ser: 

  • Potencia la hipertensión arterial
  • Dificulta la función de los riñones, predisponiendo a la formación de cálculos renales
  • Empeora los cuadros de asma
  • Favorece el sobrepeso
  • Disminuye la cantidad de calcio: a mayor eliminación de sodio a través de la orina, mayor eliminación de calcio.

Buscando alternativas

La sal refinada que usamos comúnmente en la mesa no es la única opción a la hora de sazonar las comidas. Veamos algunas de las opciones para variar los condimentos que aplicamos en nuestros alimentos: 

  • Sal marina: La sal marina se obtiene directamente de la evaporación del agua del mar. Por lo general, no se procesa y eso le permite retener cantidades muy pequeñas de minerales como magnesio, potasio y calcio. Si bien contiene menos sodio que la sal refinada fina, la diferencia es muy poca. No está recomendada para personas hipertensas, pero sí para quienes deseen evitar la sal fina. 
  • Sal marina líquida: con un 75% menos de sodio, produce un equivalente efecto gustativo y salación que la sal común o la sal marina. Esto se debe a que en el proceso de su elaboración se produce una dilución máxima que se estabiliza en aproximadamente 10% de sodio en la solución final lo que representa un 75% menos que el contenido en sodio de la sal común. 
  • Sal sin sodio: Es la indicada para personas hipertensas. Es baja en calorías y nace por la especial preocupación de mantener una dieta sana y equilibrada, sobre todo en personas que deben cuidarse de la hipertensión. Además, la sal sin sodio conlleva diferentes beneficios diuréticos, ya que evita la retención de líquidos.
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