Pequeños y grandes artistas celebran hoy el Día Mundial del Teatro

“El arte salvará al mundo”, pregona una pared céntrica mientras nos dirigimos rumbo a la Escuela de Teatro que comanda Cristina Idiarte. Al llegar al primer piso de la Sociedad Italiana, y recurriendo a literalidades, se abre el telón hacia un mundo fantástico: colores invadiendo cada rincón, risas de niños retumbando en las salas, libros de todos los tamaños y dimensiones, música infantil que acompaña la escena. Los girasoles de papel que coronan la puerta bailan con el viento y de manera casi hipnótica teletransportan a quienes llegan a La Morisqueta a una dimensión donde todo es juego y recreación. Este climax nos lo confirma: elegimos el lugar indicado para recordar el Día Mundial del Teatro. 

La fecha que recordamos hoy, tiene orígenes en Viena, uno de los puntos históricamente neurálgicos de diferentes artes como la música clásica, la ópera y el teatro. En 1961 finalmente se decidió darle un lugar en el calendario, sin embargo y gracias al aporte de Cristina Idiarte, pudimos conocer que no son las únicas fechas que celebran el arte escénico. A ella se le suman el Día del Teatro Infantil, que se recuerda cada 20 de marzo, como así también el 30 de noviembre, jornada en la que el Teatro Argentino es protagonista. 

Nucleando todas estas fechas en una sola, decidimos sumarnos a los festejos por el Día Internacional del Teatro conociendo una de las escuelas que asume con  compromiso la tarea de acercar a jóvenes y niños una aproximación a lo que son las artes escénicas. La Morisqueta es una compañía que cuenta con una sólida trayectoria y que constantemente busca el acercamiento al público con obras de primer nivel.

 En diálogo con su Directora, Cristina Idiarte, pudimos indagar qué significa el teatro para ella: “El teatro para mi es mi vida, todo, absolutamente todo. Todo el tiempo estoy pensando qué hacer. Es mi lenguaje también, es el lenguaje que más me gusta manejar y día a día lo elijo como una manera de vida. Elegí este lugar porque es el único lugar donde soy yo misma y sigo apostando a eso pese a los embates y las crisis”, afirma. Este sentir es una constante histórica, ya que el teatro, desde tiempos remotos le permite al ser humano un juego constante entre el Ser y el Parecer, es un refugio artístico para muchos, un modo de vida para otros.  

El teatro pasó a lo largo del tiempo por diferentes avatares: de ser un privilegio para un grupo selecto, a ser democráticamente un bien cultural del pueblo; de espacios al aire libre con procesiones y cantos, a salas, escenarios, bastidores y camarines. Actualmente continúa teniendo embates que superar. Al respecto, Cristina Idiarte nos aporta: “La Morisqueta en particular es una compañía que tiene 20 años y un trabajo desarrollado en la ciudad de Salta que nos permite no tener grandes dificultades. Para eso movemos un aparato de prensa y difusión para acercar la oferta a la gente. La comunicación pasa con el encuentro con el espectador. Cuando baja la actividad económica, la parte cultural siempre se reciente, entonces nuestro gran desafío ante los embates es dar opciones y facilitar otro tipo de acercamiento para que todos tengamos la posibilidad de ver teatro”. 

Este pequeño encuentro con Cristina nos permite abandonar el primer piso de la Sociedad Italiana conociendo una de las ofertas más sólidas en lo que respecta a la formación actoral temprana. Un escenario diferente es el que viven otras compañías que trabajan de manera independiente, o tienen otros desafíos en torno a captar a su público, conseguir salas y llenarlas. Sin embargo, consideramos que todo aquel que vive el teatro, compartirá el pensamiento que nos transmitió Cristina Idiarte y con el que queremos despedirnos: “Giani Rodari, pedagogo italiano decía que le gustaba enseñar teatro desde el arte, no para que todos sean artistas sino para ninguno sea esclavo”. En el Día Mundial del Teatro, nuestro deseo es ver un Mundo sin esclavos, salvado por el arte.