Qué le espera hoy a Boudou en el banquillo
Amado Boudou declara hoy ante Ariel Lijo, luego de una semana de haber lanzado furibundos ataques hacia este último. Qué hay detrás de esa estrategia. Qué le preguntará el juez. Por qué el vicepresidente teme quedar preso
Justicia09/06/2014“A mí me dijeron que yo tenía que tener buenos lazos con Comodoro Py, que era muy importante desarrollar esa relación". Amado Boudou.
Boudou está preocupado, alienado, desconcertado. Jamás pensó que llegaría a este estado de situación judicial.
“Quedate tranquilo, no va a pasar nada”, le dijo el vicepresidente a su socio José María Núñez Carmona el 6 de febrero de este año, luego de que el fiscal Jorge Di Lello pidiera su declaración indagatoria.
El vicepresidente siempre confió en poder dominar desde la política los vericuetos del expediente que lo jaquea por haberse interesado en la suerte de la ex Ciccone Calcográfica. Por caso, el 5 deabril de 1012 logró que el juez Daniel Rafecas y el fiscal Carlos Rívolo debieran apartarse de la investigación que hoy lo jaquea.
Más aún: consiguió que el entonces procurador General de la Nación, Esteban Righi, fuera apartado de su cargo. Esto sucedió luego de que embistiera contra todos ellos a través de una explosiva conferencia de prensa.
Sin embargo, esos días han quedado en la letanía del olvido: hoy Boudou no solo no tiene el mismo poder de fuego, sino que el nuevo juez de la causa, Ariel Lijo, goza hoy del apoyo de la sociedad y de sus propios pares, quienes se muestran indignados por el avance del Poder Ejecutivo sobre sus asuntos.
En ese contexto, el magistrado está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias para hacer justicia.
Así al menos lo hizo saber a su familia y a los pocos periodistas con los que tiene trato directo. “Antes de que termine el Mundial, voy a procesar a Boudou”, les anticipó Lijo hace apenas unos días.
Por lo pronto, se ha armado de paciencia para tolerar todas las provocaciones que le viene endilgando el vicepresidente. Sabe que, detrás de esas injurias, existe la oculta estrategia de sacarlo de las casillas y hacerlo pisar en falso.
Hasta ahora, el juez pudo manejar la situación y nada indica que vaya a variar a pocas horas de tener frente de sí al mismísimo Boudou. Es más, Lijo está convencido de cambiar la carátula del expediente ad hoc.
Al momento de tomar declaración indagatoria al vicepresidente, le informará que la acusación ya no se limita solo al delito de “negociaciones incompatibles con la función pública”, sino que además lo acusará de cohecho. Se trata de una figura que está tipificada en el artículo 256 del Código Penal.
Hay quienes incluso aseguran que Lijo introducirá otra imputación aún más grave: la de asociación ilícita. Si esto ocurriera y, si lograra comprobarse esa línea de investigación, Boudou podría terminar preso.
Aquellos que sostienen que Lijo apelará a esa figura —tipificada en el artículo 210 del CP— lo hacen sobre la base de un sugestivo párrafo que el propio juez rubricó en su llamado a indagatoria al vice: “Boudou y Núñez Carmona se habrían interesado en el negocio que implicaría adquirir Ciccone (...) Asimismo, la maniobra se habría materializado con división de funciones”.
¿Por qué el magistrado describiría semejante situación si no estuviera convencido de avanzar en una eventual asociación ilícita contra el ex ministro de Economía de la Nación?
Ciertamente, hay un dato que le quita el sueño a Lijo: está convencido de que Núñez Carmona no solo es socio de Boudou, sino su “testaferro”. Para alimentar esa sospecha, el juez hurgó en las finanzas de uno y otro y descubrió que ambos crecieron patrimonialmente en el mismo momento: a fines de 2008. ¿Casualidad o causalidad? Lijo no cree en casualidades.
Lo que deberá responder el vice
A las 11 de mañana, cuando esté sentado frente a Lijo, Boudou tendrá que responder varias cuestiones puntuales, la primera de ellas acerca de las supuestas maniobras ilegales que habría cometido junto a gente de su entorno para adquirir la ex Ciccone Calcográfica.
En ese contexto, el juez le preguntará específicamente sobre las reuniones que habría mantenido —junto a Núñez Carmona— con la familia Ciccone, dueños de esa empresa. Esto, según el propio clan, ocurrió en dos oportunidades.
Luego de esas reuniones, se acordó que The Old Fund adquiriera el 70 por ciento de Ciccone, tras lo cual vino la intervención de Boudou ante la AFIP.
Más adelante, el vice deberá responder acerca de la licitación que habría interrumpido y que permitía el autoabastecimiento de la producción de la totalidad de las demandas de billetes del Banco Central.
Según la acusación, cuando Boudou era ministro de Economía "habría ordenado verbalmente" que el Banco Nación no le otorgue a la Casa de Moneda crédito para comprar las maquinas necesarias, tras lo cual la licitación quedó sin efecto.
Luego vendrá una de las partes más interesantes de la indagatoria: será cuando Lijo le pregunte acerca de sus eventuales vínculos con Alejandro Vanderbroele.
Debe recordarse que el vice niega conocerlo, a pesar de que este vivió en un departamento que el funcionario tiene en el edificio Madero Center del lujoso barrio de Puerto Madero. Allí, Vandenbroele pagaba el cable, el servicio de internet, el teléfono y pedía delivery de comidas.
Finalmente, Lijo preguntará a Boudou respecto de las llamadas entrantes y salientes entre Vandenbroele y su secretario privado, Eduardo "Cachi" Romano. Los detalles de esas comunicaciones reposan en el juzgado del magistrado, al igual que otros cruces telefónicos sobre los que el vice deberá responder.
¿Qué dirá Boudou? Insistirá en desconocer a Vandenbroele, ensuciará a Núñez Carmona y tratará de mentirosos a los integrantes del clan Ciccone. Advertirá, asimismo, que su suerte ha sido sellada por la prensa y los grupos económicos que se vieron perjudicados por algunas de sus acciones como ministro de Economía, como la estatización de las AFJP.
Lijo lo escuchará pacientemente y, al retirarse, le estrechará la mano. Pero, diga lo que diga Boudou, su procesamiento ya es un hecho. Como se dijo, se hará carne a poco de comenzar el Mundial.
Colofón
A diferencia de las primeras acusaciones, cuando Boudou era defendido a capa y espada por los funcionaros del gobierno, en estas horas solo tres referentes han salido en defensa concluyente de su persona. Ni siquiera sus abogados se ponen de acuerdo en su defensa ya.
En un clima de complicaciones de diversa índole, principalmente a nivel económico-financiero, con un gobierno claramente debilitado, pocos se atreven a inmolarse por el vice.
Saben que su futuro es negro y que, por más que logre dilatar su agonía —principalmente gracias a la Sala I de la Cámara Federal—, al final del camino se encontrará complicado.
Mientras todos miran al voluminoso expediente Ciccone —solo la parte principal del mismo ostenta 17 cuerpos—, otra causa está por complicar a Boudou: la de enriquecimiento ilícito.
También es sustanciada por Lijo, aunque de manera mucho más reservada. “Si existen elementos contra Boudou en la causa Ciccone, acá hay mucho más todavía”, dijo una fuente judicial a MDZ en las últimas horas.
Lijo reimpulsó la investigación del patrimonio del vice en las últimas semanas, luego de haber recibido el resultado de una serie de informes sobre su fortuna y la de sus allegados.
En principio, el juez corroboró la imposibilidad de que Boudou pueda explicar el incremento de sus bienes.
Luego, encontró sorprendentes coincidencias al cruzar puntuales datos entre el expediente Ciccone y el de supuesto enriquecimiento ilícito.
Fechas, números, cifras, nombres… todo se repite una y otra vez. En una causa y en la otra.
En ese marco, será difícil que Boudou pueda zafar. El vice lo sabe, el juez también y, con preocupación, Cristina Kirchner lo intuye.
Fuente: Portal de Internet