Sinvergüenzas, mentirosos y estafadores: los vividores del IFE
Con una sociedad sumergida en una crisis sanitaria y económica sin igual en la historia, la clase política, la que debiera dar respuestas y soluciones, nuevamente se encarga de generar asco e indignación en la gente. Los abusadores del estado.
Sociedad27/07/2020En el marco de la emergencia sanitaria, el Gobierno Nacional dispuso en el mes de marzo pasado, la creación de un Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) para trabajadores informales y monotributistas de las primeras categorías.
Repasando un poco de cuando se creó, la web de la ANSES decía que correspondía entregar a trabajadores informales, trabajadores de casas particulares, monotributistas sociales y de las categorías A y B.
Entre los requisitos, exigía que el titular o su grupo familiar no tenga ingresos provenientes de un trabajo en relación de dependencia en el sector público o privado, o que sea monotributista de categoría C o superior, o del régimen de autónomos.
Tan simple como eso.
En Salta, más de 300.000 personas fueron beneficiadas con este bono de $10.000 (del cual ya se van pagando 2 cuotas y una 3era está próxima a pagarse). Eso significa que más de 3.000 millones de pesos son destinados por el Gobierno Nacional tan sólo en Salta, para aquellas familias más necesitadas. Ese dinero sale de los impuestos que pagan aquellas personas que aún en pandemia y cuarentena, pudieron seguir trabajando y cumpliendo sus obligaciones.
Por eso resultó tan indignante la noticia que se conoció la semana pasada sobre la cantidad de concejales, políticos y funcionarios en Salta que solicitaron o cobraron el IFE. Está clarito: no podían hacerlo ya que no cumplían los requisitos.
Si cobraron, o intentaron hacerlo, estuvo mal, y no existe justificativo o explicación válida. Era plata del Estado que nos les correspondía. Y eso es un delito. Punto.
Mejor ni aclarar
Pero son tan cobardes que en vez de reconocer el error, o tener la dignidad de dar un paso al costado, inventan excusas más miserables: que ingresaron sus datos sólo para ver cómo funcionaba el sistema. Que querían hacer tutoriales para poder explicarle a la gente. Que lo cobraron para ayudar a otros o que sus ingresos no les alcanzan. Algunos otros fueron más audaces y se justificaron diciendo que le suplantaron la identidad, es decir, que alguien se hizo pasar por ellos cargando sus datos. Y bla, bla, bla.
Como sea, y más allá de que muchas de esas respuestas suenan a verso y serán muy difíciles de probar, ahora deberán dar explicaciones a la Justicia, y ojalá a más de uno les caiga alguna pena o sanción.
Pero el daño ya está hecho. Una vez más la política mostró su peor cara, dejando expuestos a aquellos que sólo buscaron el interés personal y se burlaron de los necesitados.
Será su conciencia, si es que la tienen, con la que deberán lidiar, pero será la sociedad la que también los juzgará porque ya todos saben quienes son.