El dolor de los amigos de la profesora salteña asesinada: “Recibía amenazas que decían ‘Ya te va a llegar la hora’”

La víctima había hecho 17 denuncias y solo había conseguido una perimetral, pero el femicida no la respetaba.

Sociedad01/11/2020
allegados

Un hombre asesinó a puñaladas a una mujer este viernes por la noche en pleno centro de la capital de Tucumán. Tras el crimen, se suicidó frente a un grupo de vecinos que intentaba impedir que se escapara. La víctima, Paola Estefanía Tacacho, de 32 años, era profesora de inglés y el asesino, Mauricio Parada Parejas, de la misma edad, había sido su alumno. Los amigos de la docente denunciaron que él estaba “obsesionado” con ella y que la acosaba desde hace cinco años, pese a que la mujer había hecho 17 denuncias.

“Esto (el acoso) comenzó en el año 2015, este chico era alumno de ella en el nivel terciario, cursó durante muy poco tiempo la carrera de traductorado con ella y, a partir de ese momento, comenzó la persecución”, recordó Agustina, una de las amigas de Paola, en diálogo con TN.

Y detalló: "En principio, a través de redes sociales, con perfiles truchos, la acosaba. Ella cerró todas sus redes sociales, entonces empezó a acosarnos a nosotros, a familiares nuestros. Eran mensajes con fotos de ella y frases o amenazas que decían ‘ya te va a llegar la hora’”.

El crimen ocurrió alrededor de las 21, en la calle Monteagudo al 500, cuando la víctima salió del gimnasio y el agresor la sorprendió, atacándola por detrás y apuñalándola con un cuchillo en distintas partes del cuerpo.

La cámara de seguridad de un local captó el momento en el que el hombre discutió con la mujer, que inmediatamente comenzó a caminar como para retirarse. Tras el crimen, cuando el femicida intentó huir, un grupo de vecinos lo acorraló y se clavó el puñal en el pecho, por lo que también terminó muriendo.

Otro grupo de vecinos, se quedó a socorrer a la víctima hasta que llegó la ambulancia, que la trasladó a un centro de salud, donde murió a raíz de las heridas ocasionadas por el ataque. “Un enfermero trató de ayudarla antes de que llegue la ambulancia, le hizo un torniquete y le contenía con sus manos la hemorragia, pero estaba muy mal, apenas podía respirar”, contó un vecino a medios locales.

“Ella nunca tuvo nada con él, fue un alumno más, de los 200 que tenía”, explicó otro de los amigos de Paola. Según contó, la mujer trabajaba como docente en el Instituto Mark Twain de la capital tucumana y alertó a las autoridades cuando empezó a sufrir acoso pero ellos “no se hicieron cargo”.

“Ella hizo la denuncia en el instituto, en un principio se solidarizaron, pero eventualmente le dijeron ese no era un problema suyo porque era un alumno”, explicó el hombre.

El amigo de Paola ratificó también que ella había hecho 17 denuncias porque “quería que la dejaran en paz” pero explicó que la víctima “tenía negación del problema”, que “no quería terminar de aceptarlo porque tenía miedo”.

Por ejemplo, recordó que una vez la docente le dijo, durante sus vacaciones, que “estaba tranquila porque no estaba en Tucumán y no estaba él”. Así vivía la víctima, escapando de su acosador. Mientras tanto, la Justicia le había puesto una perimetral a su agresor. Pero no había logrado más que eso: una de las causas que le inició la mujer a Parada Parejas llegó a juicio, pero el hombre fue absuelto por “falta de mérito”.

"Para la Justicia, lamentablemente, somos una foja más en un expediente. Ayer fue Paola, mañana capaz que soy yo y es muy triste que naturalicemos el acoso”, se lamentó Agustina. Y recordó que en el último tiempo Paola se abrió un nuevo perfil de Instagram y ella, en lugar de decirle “qué bueno”, le preguntó: “¿Sos vos o es el loco?”.

“Yo creo que en su mente él estaba obsesionado con ella y lo único que quería era estar cerca de alguna forma. Nunca le hablaba pero estaba todo el tiempo. Es intimidante que a lo largo de cinco años una persona se te pare cerca y no te diga nada, y mande mensajes horribles, algunos con contenido sexual, otros con amenazas explícitas”, agregó el amigo de la víctima.

Parada Parejas se había mudado a pocas cuadras de la casa de la víctima y solía aparecerse cada vez que ella salía, la había amenazado pero nunca la había atacado. “El viernes apareció con un cuchillo. No sabemos cuántas otras veces habrá salido con uno”, señaló el amigo de la docente.

Y denunció: “Fue terriblemente premeditado, él lo sabía y lo quería, buscaba hacer esto. Buscó quizás algo para animarse, esta vez estaba más enojado porque estaba avanzando el juicio y yo creo que hay que insistir muchísimo porque es el Estado, pero también es la familia”.

Según explicó, habló con el hermano de Parada Parejas y él reconoció que el femicida “tenía ‘ciertos problemas’” pero puso en duda de que sea él el que le escribía los mensajes a Paola. Cuando el amigo de la víctima le contó que se paraba frente a la casa de ella, el hermano del acosador lo justificó con que “eran vecinos”.

“Era una familia poderosa, entonces, todas las ovejas negras se esconden. No aceptaron nunca el problema que tenían, se lo sacaron de encima”, contó con bronca el hombre.

Según sus amigos, hacía cinco años que “Paola no vivía en paz”, estaba aterrorizada todo el tiempo de pensar que se le iba a aparecer su exalumno. “Una vez ella me mandó un mensaje a mí y a mi familia, donde él le había mandado una fecha. Yo le pedí que estudiáramos juntos porque quería estar con ella. La acompañé muchísimas veces a ella a hacer denuncias, fui varias veces a declarar en la fiscalía, pero no pasaba nada, le ponían la orden de restricción y él la violaba”, se lamentó el amigo de la mujer asesinada.

Paola trabajaba en Tucumán pero era salteña, por lo que este domingo sus cenizas fueron trasladadas por su familia hacia nuestra provincia . Desde Ni Una Menos Tucumán convocaron a una movilización el próximo lunes a las 18 frente a la Casa de Gobierno de la provincia, para exigir justicia por Paola y por todas las víctimas de femicidios. /TN

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