Los mellizos Ofelia y Boris nacieron el 12 de junio de este año en Mendoza. Pesaron un poco menos de 1 kilo cada uno por lo que rápidamente fueron derivados a la Neo del hospital. Lamentablemente, a los 10 días, Paola Flores, mamá de los pequeños, falleció producto de una complicación por coronavirus. Este domingo se cumplieron dos meses de su deceso y Matías Zumer, esposo de la mujer y padre de los pequeños, celebra la vida y recuerda a su gran amor.
“Ahora hay que poner en práctica todo lo que hablábamos con Paola. Es un empezar de cero y si bien no estoy preparado ellos son mi motor y mi cable a tierra”, relató Matías con lágrimas en sus ojos y contó que la nena permaneció un mes y medio en Neo mientras que el varón estuvo un poco más de dos meses. Hoy ambos están en su hogar con su papá.
El embarazo de Paola, una bioquímica que se desempeñaba en el hospital Lagomaggiore y que, además, tenía su propio laboratorio, fue producto de una fertilización in vitro. Luego de muchos intentos por ser padres, finalmente logró quedar embarazada en plena pandemia. Su estado era de riesgo, por ello, necesitaba estar aislada y cuidarse extremadamente. Su obstetra le recomendó no colocarse la vacuna contra el coronavirus y ella obedeció.
“Pasó todo el embarazo encerrada en casa. Trabajaba de manera remota y si bien fueron meses difíciles logró estar aislada. Sin embargo, el coronavirus llegó a nuestras vidas y nos destruyó la familia”, contó Matías al diario El Sol de Mendoza sin entender aún cómo ocurrió.
Lo cierto es que el 2 de junio la especialista tuvo que ser internada en las instalaciones del hospital Español para tener una atención más personalizada y las cosas comenzaron a complicarse. Así fue como el 12 de junio, con el aval de ella y de Matías, se le practicó una cesárea y nacieron los mellizos con muy poco peso, motivo por el que fueron derivados a neonatología.
Paola de inmediato fue trasladada a terapia intensiva por una complicación orgánica y diez días después de dar a luz falleció en el nosocomio sin haber tenido la posibilidad de conocer a sus hijos.
“Mi vida se vino abajo. De repente me vi solo, sin mi amor, y con dos criaturas que luchaban por su vida. Fue un sacudón enorme el que me dio la vida, pero la fuerza que me envió Paola desde el cielo hizo que luchara por mis hijos y que hoy honre su nombre como se merece”, refirió el hombre.
Matías decidió mudarse a la casa de sus padres, que viven a dos cuadras de la casa que compartió con Paola, y allí junto a su mamá Mariana, su hermana Gisela, Delia, madre de Paola y la ayuda de toda la familia intentan criar a los pequeños con todo el cariño del mundo.
“Necesito de ellos para criar a los chicos, hoy siento que solo no puedo. Estoy desbordado, es todo nuevo para mi y cada paso que doy siento que lo tendría que estar compartiendo con Paola. Mucho tiempo soñamos con este momento y hoy estoy solo”, dijo.La historia de amor
El 1 de julio de este año, Paola y Matías hubieran cumplido cuatro años de casados. Desde el momento en que se conocieron se eligieron.
“Nos presentó mi cuñada, ambos veníamos de experiencias amorosas truncas, y no fue fácil para ninguno volver a empezar. Sin embargo, desde que nos conocimos supimos que queríamos algo serio. Estuvimos un año de novios y rápidamente nos casamos. Ella fue mi gran sostén, la mujer que me calmaba en mis momentos de rabia y me alegraba la vida”, contó el hombre que se desempeña como mecánico.
La idea de ser padres siempre estuvo latente en ambos. Lo intentaron muchas veces, mediante método natural y tratamientos, pero no resultaba, hasta que esta vez se les dio. “Era tanta las ganas que teníamos de ser padres que, por momentos, como no se nos daba, habíamos decidido adoptar”, confesó Matías.
Hoy la vida de Matías cambió, ya no está con Paola, pero sí tiene dos herederos que cuidar y su misión es clara. “No sé de donde saqué fuerzas para seguir, pero sí tengo claro que ella me guía y me acompaña. Cada vez que entraba a neo sentía una fuerza especial. Paola está muy presente en nuestra vidas”, sentenció quebrado.
Finalmente y aprovechando el homenaje a su mujer, Matías sólo pidió un favor y fue agradecer a todo el personal de la Neo del Español: “Desde las mujeres que se ocupan de la limpieza, los chicos de seguridad hasta las enfermeras y los médicos. Ellos fueron mi sostén en estos dos meses, su calidad humana me ayudó para no bajar los brazos. Mis hijos están junto a mi, en parte, gracias al enorme trabajo que ellos hicieron”.