De acuerdo al análisis de economistas dedicados al tema, el incremento en el precio de la carne se de en gran medida a la incapacidad de satisfacer la demanda del consumo interno y la de la exportación. Un kilo de entrecot vale en Paris 33 euros (3.743 pesos); y un kilo de lomo 40 euros (4.537 pesos).
Ante la opción de exportar con esos valores de referencia, quedan pocas dudas acerca de hacia dónde orientan sus ventas frigoríficos y supermercados. Empujada además por la “aspiradora” China, la exportación se lleva todo lo que le pongan arriba del mostrador.
Precios internacionales por las nubes, falta de producción, monopolios con un pie en el mercado interno y otro en la exportación, aumento de la demanda interna por estacionalidad -a pesar de los salarios deprimidos- un Estado sin capacidad de administrar el conflicto por ausencia de instrumentos reguladores (qué falta nos hubiera hecho Vicentin con su frigorífico Friar). Todo eso es un combo perfecto para que los monopolios cárnicos se desentiendan del mercado interno, se llenen de plata exportando y que el Gobierno pague el costo político de los aumentos.
El consultor ganadero Víctor Tomelli confirmó este martes en Profesional FM que el precio de las carnes sufrirá un incremento del 15% al 18%. El especialista justificó que el valor del ganado venía aumentando desde mayo pasado, cuando se cerraron las exportaciones; y argumentó que el salto registrado en los últimos días en el precio de la hacienda equipara la inflación del período, por lo que estimó que “se volvió al punto de partida”.
Tonelli recomendó al Gobierno Nacional no tomar ninguna medida frente a esta situación, ya que en su opinión va a comenzar una puja entre oferta y demanda que va a llevar los precios a un nuevo punto de equilibrio. Alertó sin embargo que si el Gobierno interviene en ese flujo puede terminar rompiendo ese equilibrio; y recordó que hay antecedentes de que si se desequilibra el sistema baja más la oferta y los precios terminan subiendo aún más.