Un llamado a la solidaridad: “ahorristas e inversores, no se apresuren a tomar decisiones si creen que el Gobierno devaluará”. Por lo menos, no lo hará, en su sano juicio, hasta el próximo jueves. ¿Por qué? Muy sencillo, el Banco Central (BCRA), quien además desaceleró el ritmo de devaluación diaria en las últimas jornadas, no se tirará un tiro en el pie. Por lo menos, no lo debiera hacer, si en el directorio del BCRA prima el espíritu de supervivencia y el temor a futuros cuestionamientos sobre los deberes de funcionario público.
Ocurre que el próximo miércoles vencen los contratos de futuros de dólar. Hay en el mercado posiciones abiertas por aproximadamente US$8.500 millones. Eso es lo que tiene registrados los dos mercados donde se operan estas coberturas para el tipo de cambio, el ROFEX y el MAE.
¿Qué relación hay entre este dato y la especulación de una devaluación? Que precisamente el principal vendedor de contratos de dólar futuro es el BCRA, por no decir el único.
Un pequeño párrafo para refrescar de qué estamos hablando: cuando una persona o empresa quiere cubrirse, en el sentido de tomar un seguro, en este caso sobre el valor del tipo de cambio oficial, va al mercado de futuros y compra una cobertura que le brinda el derecho de adquirir una cantidad de divisas a un precio pactado al final del contrato. Si cuando vence el contrato el precio pactado es menor al precio de mercado, en ese caso ejecuta el contrato o cobra la diferencia, y si fuera al revés obviamente que no.
Lo que pasa es que a este mercado de futuros no solo van importadores, exportadores y deudores en moneda extranjera sino también quienes realizan apuestas o inversiones a favor y/o en contra del peso, o del dólar. Como en Argentina en tiempos de incertidumbre y de crisis siempre sobrevuela el fantasma de la devaluación, no hay lógicamente muchos apostadores a favor del peso. Entonces, como otra herramienta de intervención para aplacar los ánimos cambiarios, el BCRA recurre a vender contratos de dólar futuro.
Entonces, qué hace el BCRA: vende una cantidad de contratos (la cantidad de dólares está estandarizada por cada contrato) a precios futuros que desalienten las expectativas devaluatorias. Así se transforma en prácticamente el único oferente. O sea, todo el mercado compró dólares a futuro, ¿a quién?, al BCRA.
¿Qué pasa el próximo miércoles? Es fin de mes y vencen los contratos de agosto. La última información oficial reveló que el BCRA a fin de julio tenía vendidos más de US$7.100 millones de contratos de dólar futuro. Se estima que el BCRA no cambió mucho la posición. Y del total de contratos vigentes, cerca del 65 a 70% vencen en agosto.
Para ponerlo en blanco y negro. El mercado “compró” dólares a fin de agosto a un valor de por ejemplo $140. Por su parte el dólar oficial del BCRA está en $136. Entonces, si a fin de mes el dólar oficial del BCRA subiera a $150, en ese caso a los compradores le conviene ejecutar los contratos porque compran un dólar más barato que al precio oficial. Y viceversa, si el dólar oficial en lugar de $150 valiera a fin de agosto $135, a nadie le conviene ejecutar el contrato, porque implicaría comprar algo más caro de lo que vale.
Entonces, a quién se le va a ocurrir que el BCRA justo va a devaluar antes de fin de mes, o sea, antes del próximo jueves, cuando tiene una montaña de contratos de dólar futuro vendidos y si sube el precio oficial (devalúa) por encima del fijado en los contratos claramente pierde.
Acá cabe una aclaración. En general la mayoría de los contratos de futuros de dólar son apuestas a una devaluación o no. De modo que lo que ocurre realmente es una compensación de precios. Es decir, el BCRA no entrega divisas sino que paga en pesos la diferencia entre el precio oficial y el del contrato de futuro. Pero imaginen esa diferencia multiplicada por miles de millones.
Por si alguno a esta altura del relato no se dio cuenta, lo que está en juego no son las reservas, que de por sí no hay disponibles, sino una fuerte emisión de pesos. Sería demencial si con semejante stock de contratos de dólar futuro vendidos el BCRA dispusiera una devaluación, por lo menos hasta el próximo jueves.
En el mercado creen que a fin de mes se volverán a renovar los contratos vigentes, o sea, se extenderán con otros vencimientos. De no ser así, entonces, vencerán y habrá desde el próximo jueves un obstáculo menos en el horizonte del BCRA si es que se deciden por ajustar el tipo de cambio oficial.
Cabe señalar que sin duda es un “número” US$7.100 millones vendidos a futuro, mucho más que los US$5.700 millones durante la crisis del 2020 pero aún infinitamente menores a los US$17.000 millones que denunciaron dejó la gestión Vanoli en 2015.