



No es algo nuevo pero no por ello deja de ser fastidioso, molesto y sigue generando una impotencia enorme a quienes lo sufren ante la inactividad de todos.
Es cierto que los fines de semana de calor los salteños se vuelcan masivamente a los ríos Vaqueros o Wierna, pero todos lo saben. El martirio inicia alrededor de las 18 o 19 horas cuando todos empiezan a volver, porque el flujo de tránsito colapsa y es imposible. Ayer nuevamente se vivió ese espanto, con más de 3 horas de filas de autos.
¿Y si tiene que pasar una ambulancia o Bomberos? ¿Y la gente que vive allí y quiere volver a su casa o debe ir a trabajar? Porque no todos son veraneantes que fueron a pasar un lindo día al río.
Esta situación que lleva años, sin la más mínima solución, es el resultado de la inoperancia total de todos los involucrados: Nación, Provincia y municipios. Son puentes no se hicieron nunca, una ruta nacional destrozada y banquinas espantosas, municipios sin un un plan o alternativas para mejorar la circulación, una policía que no sabe qué hacer y obstaculiza aún más cuando interviene.







