



En un contexto de creciente tensión entre las provincias y el Gobierno nacional por la distribución de fondos, varios gobernadores comenzaron a manifestar públicamente su descontento ante lo que consideran un abandono del interior del país.
Los mandatarios provinciales denuncian una “falta de mirada federal” y advierten que las obras de infraestructura vial, cuya responsabilidad recae en la Nación, están paralizadas o en estado crítico. “Las rutas no son responsabilidad de las provincias, son de la Nación”, subrayaron, señalando que el deterioro evidencia un trato desigual hacia las regiones más alejadas de Buenos Aires.
Uno de los casos más visibles es el de Santa Fe. El gobernador Maximiliano Pullaro decidió instalar carteles de advertencia en rutas nacionales como la A012, la 33 y la 9. Con fondo rojo y letras blancas, los letreros indican: “Aquí empieza la ruta nacional mantenida por el Estado Nacional”, buscando diferenciar las vías reparadas por la provincia de aquellas a cargo del Gobierno central.

Pullaro denunció que estos tramos “están colapsando por falta de mantenimiento” y calificó su estado como una “vergüenza”. Aseguró que, pese a no ser su competencia, la provincia tuvo que aportar asfalto para tareas de bacheo. “La Nación cobra impuestos, pero no invierte en las rutas que esos mismos camiones destruyen”, reclamó.
Según datos oficiales, el mal estado de las rutas nacionales en Santa Fe ya provocó más de 60 muertes por accidentes en lo que va del año. Si no hay respuestas, el mandatario no descarta llevar el caso a la Corte Suprema y asumir la administración de esas vías para garantizar seguridad vial.
En Salta, también
Desde el norte del país, el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, también alzó la voz. En declaraciones a La Nación+, alertó que “la falta de recursos compromete seriamente el mantenimiento de las rutas nacionales”, y apuntó directamente al deterioro de la Ruta 34, que conecta Metán con Rosario de la Frontera.

Sáenz ya había advertido en julio de 2024 que “le están cobrando peaje a la gente para que se mate”, en referencia al riesgo que implica circular por esa arteria en mal estado. A un año de aquel reclamo, la situación sigue sin mejoras visibles, con demoras y peligros diarios para los usuarios.
El mandatario salteño instó a sus pares a impulsar un “diálogo real” con el Gobierno nacional y exigir una distribución más equitativa de los recursos públicos, para revertir el deterioro de la infraestructura vial y evitar que las provincias sigan absorbiendo responsabilidades que no les corresponden.







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