Florencia Piermarini, la ex jefa de las cárceles bonaerenses, en el ojo de la tormenta

Fuentes del kirchnerismo dicen que había renunciado el 23 de diciembre y que el Servicio Penitenciario provincial estaba "acéfalo". Desde el macrismo lo desmienten y la critican.

Policiales27/12/2015

La escandalosa e improbable fuga de los condenados por el triple crimen de General Rodríguez, Víctor Schillaci y los hermanos Martín y Cristian Lanatta, tiene un capítulo entre muchos sin cerrar. A las especulaciones sobre los motivos y eventuales beneficiados o perjudicados de la evasión carcelaria, se suma la situación del Servicio Penitenciario Bonaerense.

Es que fuentes del kirchnerismo aseguraron a Infobae que Florencia Piermarini, anterior jefa del SPB, había renunciado a su cargo ante la gobernadora María Eugenia Vidal el 23 de diciembre y que desde ese momento el organismo a cargo de las cárceles de la Provincia estaba acéfalo. Sin embargo, desde el macrismo la réplica llegó de inmediato: "Que Piermarini no se haga la viva. Ella presentó la renuncia, pero la Gobernadora le ordenó que siguiera en funciones hasta tener reemplazante porque no se puede dejar un cargo de esta responsabilidad a horas de un período crítico para cualquier sistema carcelario como son las fiestas de fin de año".

Tanto desde los ahora opositores políticos de la provincia de Buenos Aires, como la nueva administración que asumió el 10 de diciembre, tiñen de las peores sospechas una fuga inoportuna y plagada de zonas grises.

Fernando Díaz, el nuevo jefe del SPB, ya había sido tanteado en los últimos días para que asumiera cuanto antes debido a la posibilidad cierta de que se produjera algún problema luego del envío del proyecto de declaración de emergencia penintenciaria a la Legislatura. La presentación de la renuncia de Piermarini el 23 de diciembre también fue vista con recelo por colaboradores cercanos de Vidal.

Piermarini había asumido el cargo en 2012 tras ser una de las asesoras de César Albarracín, un funcionario del Servicio Penitenciario que dependía de Ricardo Casal, ministro de Justicia del ex gobernador Daniel Scioli. La llegada de esta joven abogada -la primera mujer que se convertía en autoridad máxima de las cárceles de la Provincia- se había presentado como una renovación que buscaría mejorar la situación de los penales.

La cárcel que era de "máxima seguridad"

Según pudo saber Infobae, en el penal de General Alvear hay tres sectores con nueve módulos cada uno. En todos los sectores hay un personal del Servicio Penitenciario Bonaerense de imaginaria -custodia-, mientras que en el pasillo de conexión actúa otro. De acuerdo con los informantes, todos los pasillos conducen a un sector común con cuatro rejas donde siempre deberían estar guardias. Finalmente, como medidas de seguridad para ese penal que era -hasta anoche- de máxima seguridad, debía estar en plenas funciones una garita externa de control.

Los presos están dentro de sus celdas (engomados, para la jerga carcelaria) ‪desde las ocho de la noche, por lo que los que conocen el trajinar de General Alvear consideran que "es imposible que tres tipos escapen por el frente ‪a las dos o tres de la mañana como dicen que ocurrió"‬.

¿Alguien le abrió las puertas? ¿Para beneficiar o para perjudicar a quién?

Fuente: Infobae

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