Esto te puede pasar si no lavás tu corpiño

Todas tenemos nuestras extrañas (y algo dudosas) rutinas que nos permiten demorar la época de lavado lo más posible. Pero hay un límite, ¿no? Antes de que te des cuenta (si es que te das cuenta) tu propia ropa te estará rogando que lo laves. Y eso incluye tu lencería, específicamente tu sostén.

Cosas asquerosas se acumularán en esta prenda: Bacterias, aceite, suciedad, crema, microorganismos, hongos… y estos son solamente la punta del iceberg. Entre más tiempo pases sin lavar tu lencería, más suciedad se acumulará en ella. Y por su cuenta no son dañinas, pero júntalas y tendrán una fiesta con tu piel.

Tu sostén empezará a oler mal… y tu ropa se impregnará de ese olor: Seguramente te has dado cuenta que después de cierto tiempo las cosas, especialmente la ropa, empieza a oler mal. Y tus brasieres no son la excepción. Si importar qué tanto perfume uses, si vas al gimnasio de manera regular y no lo lavas, en poco tiempo desprenderá un olor desagradable. Y aunque tú te acostumbres después de un rato, la verdad es que los demás lo notarán en seguida.

Podría mancharse: Tu desodorante será tu mejor amigo… hasta que manche tu sostén después de no lavarlo por un par de semanas. La única forma en que puedes salvar tu lencería es comprándola de un color oscuro, pero la verdad es que ésta no es la solución para tus problemas de higiene.

Podrías desarrollar acné: Esto es muy probable que suceda si te ejercitas con un sostén deportivo. La lencería con sudor es posiblemente una de las causas principales del acné, y si todavía no sufres por culpa de ella, ¡no la tientes! Dado que son prendas increíblemente ajustadas, todas las bacterias se acumulan y causan fricción. Después, podrían empezar a desarrollarse barritos y granitos en la espalda.

Podrías tener una infección: La ropa es una de las causas principales de irritación en la piel. Y esto sucede porque casi nunca son de la talla correcta y no reciben los cuidados adecuados. Además, por el calor y el sudor podrías presentar enrojecimiento, irritación y hasta una infección en la piel específicamente en el área de tus senos.