Alimentación, economía y conciencia ambiental: La pandemia despertó el interés por las huertas caseras
Con el estallido de la cuarentena, aumentó exponencialmente el interés de los salteños por semillas e insumos para generar espacios de cultivo dentro del hogar. En el balcón, en la terraza, en el patio: sin salir de casa, tener una huerta propia nos da la posibilidad de alimentarnos saludablemente, ayudar a la economía familiar y contribuir con el medioambiente.
Sociedad14/04/2020Volver a la tierra: en el contexto de emergencia sanitaria que vivimos, la producción de frutas y hortalizas en casa cobra un sentido más importante para las familias. Siendo una tendencia ya instalada en muchos lugares del mundo, la pandemia y el aislamiento obligatorio hicieron que muchas personas reconsideraran la posibilidad de tener una huerta sin salir de casa.
Los beneficios son muchos: las huertas no sólo fomentan la alimentación saludable, ayudan a la economía familiar y contribuyen a la preservación ambiental; sino que también ofrecen la posibilidad de tener una producción sostenible, sin la necesidad de moverse de casa.
Es desestresante, te mantiene en movimiento y ejercita el cerebro. De impacto positivo para la salud, las huertas familiares invitan a reconectar con la naturaleza y alimentarnos de productos orgánicos, sin pesticidas o fertilizantes.
“Es la mejor herencia que le podemos dejar a las generaciones futuras: aprender a sembrar es como aprender un idioma”
En Salta, la cuarentena parece haber avivado la llama del cultivo hogareño, así nos lo confirma Julio Celedón, quien hace años se encomienda su reconocido vivero familiar. “En plena cuarentena mucha gente consultó por semillas hortícolas de estación: aumentó significativamente el despacho de estos productos”, nos indica Julio, quien estima que la venta de semillas se disparó un 200%.
La productividad en relación al precio es incomparable. Así como explica Julio, en su vivero ofrecen sobres sellados con variedades de semillas de hortalizas, aromáticas y flores; los precios dependen de la marca que se elija, pero rondan los $100 y $110. Recordemos que esta práctica nos invita a reconectar con los tiempos propios de los ciclos naturales: ejercita la paciencia y la idea del proceso. Cosechar es el último peldaño de esta experiencia.
“Al estar en casa, sabiendo que esto se va prolongar y por el precio de las verduras, la gente está empezando a cosechar en su casa su propio alimento”
A las explicaciones que nos brindan desde el Vivero Celedón, sumamos la de los expertos del INTA, a quien nos remite Julio, para conocer cómo iniciar con el proyecto de huerta casera, las hortalizas de estación y los consejos para poder mantener una producción sostenible.
¿Cómo comienzo?
La falta de espacio, no es excusa. Muchas personas se la rebuscan para poder sembrar aunque sea una mínima variedad de semillas por ejemplo en huertas verticales, ideales para balcones y departamentos que no cuentan con grandes parcelas de tierra.
Valiéndonos de los aportes de los ingenieros Carlos Santillán y Héctor Sosa, del INTA, podemos acotar: “el espacio reducido es una condición en muchos de los hogares, por lo que los especialistas indican que lo ideal es “irse hacia arriba”, construyendo una huerta vertical".
"En las huertas verticales se aprovechan las paredes, las terrazas y balcones con macetas”
Lo que resulta fundamental es analizar las condiciones de este espacio: el lugar puede ser pequeño, pero debe recibir entre 4 y 6 horas diarias de sol. El otro aspecto fundamental, además de la asolación, es la ventilación.
Luego hay que evaluar en qué condiciones están las macetas y contenedores que se pueden usar. Botellas o bidones, latas de distinto tipo, cajones de verdura o pallets, todo sirve siempre y cuando tengan drenajes para que el agua pueda escurrir en la parte inferior.
El otro punto fundamental es conseguir buena tierra: hay que moverla para que no se agote, darle aire y ponerle algún nutriente orgánico como restos de yerba, restos de café, cáscaras de huevo bien molidas o té de banana.
¿Qué sembrar en esta época del año?
“Considerando el inicio reciente del otoño, y mientras florece la albahaca, sembramos lechuga, acelga, espinaca, cebolla, repollo, brócoli, coliflor, puerro y remolacha en almácigos para luego transplantarlas al lugar definitivo. También, en forma directa (en el mismo lugar donde las cosecharemos) vamos poniendo semillas de arveja, haba, zanahoria, perejil, achicoria, rabanito”, explican los ingenieros del INTA.
Otra recomendación es realizar siembras escalonadas. A modo de ejemplo, proponen lo siguiente: “hoy pongo un poco de lechuga, a los quince o veinte días hago otra siembra, y así repito varias más. De esta manera, tendré plantines para trasplantar, mientras voy consumiendo los productos a lo largo de la temporada”.
Así, en esta situación excepcional que vive el mundo ante el Coronavirus y que requerirá de transformaciones graduales en nuestras prácticas por un largo tiempo, se revaloriza la función de la huerta familiar. “Por esto, desde el INTA y otras instituciones fomentamos la producción de alimentos mediante la agricultura ecológica o agroecológica, la permacultura, la orgánica y toda práctica que contribuya a la sostenibilidad y la seguridad alimentaria”, concluyen los ingenieros.