Las consecuencias en el organismo del consumo de esta droga ilegal van desde alteraciones cognitivas en el cerebro hasta fallas cardíacas y daños en la piel. La muerte de al menos nueve personas y el grave estado de intoxicación de otras 50 en el conurbano bonaerense, trajo nuevamente el debate, al que se suma que en esta ocasión la sustancia estaba mezclada con elementos tóxicos sin identificar.
Esta claro que la adicción a las drogas tiene consecuencias negativas para el organismo, dos órganos vitales como el corazón y el cerebros son los primeros en sufrir. Especialistas han descripto el proceso como una suerte de exprimidor de las neuronas, de esa forma actúa la cocaína, una de las drogas más destructivas.
Esta sustancia ilegal tiene propiedades estimulante y es poderosamente adictiva. Está hecha de las hojas de la planta de coca, nativa de Sudamérica, aunque los proveedores del cuidado de la salud la pueden usar para propósitos válidos medicamente, como anestesia local para algunas cirugías, de acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH), publicó Infobae.
Se considera que una persona es adicta cuando se desarrolla una dependencia psicológica, es decir, una conducta repetitiva y compulsiva con respecto al uso de una sustancia. Coexisten la dependencia psicológica y física, que es la respuesta del cuerpo a esa sustancia. La adicción a drogas, el juego o hasta el cigarrillo, causa cientos de cambios en la anatomía del cerebro, su química y la señalización de célula a célula, incluso en las brechas entre las neuronas llamadas sinapsis.
El envejecimiento del cerebro es de los primeros cambios que pueden observarse. El cerebro “es el órgano en el que se produce la continuidad desde el aspecto físico hacia la emergencia de la polaridad mental”, explicó a Infobae Claudio Bernard Dresl, medico especialista en Psiquiatría, ex médico psiquiatra interno del Hospital Sainte Anne, Paris, Francia.
“Las llamadas 'drogas de adicción' son sustancias que afectan la energía electroquímica con la que el cerebro funciona habitualmente y le induce a producir fenómenos sensoriales, emocionales, conductuales y cognitivos anormales con su uso regular, generan daños en el tejido cerebral, y sufrimiento para el que las consume y en su entorno Las drogas de adicción inducen a esta unidad cerebromental a dirigir sus acciones alejándolas de su dirección evolutiva natural, tanto histórica como biológica”.
“La cocaína es básicamente una sustancia estimulante y su mayor efecto lo ejerce facilitando la liberación de dopamina al mismo tiempo que inhibe su recaptación en las sinapsis de las vías que funcionan con este neurotransmisor, por lo que facilita todas las conductas, emociones y sensaciones mediatizadas por este. También aumenta la liberación e inhibe la recaptación de noradrenalina y serotonina por lo que adiciona efectos conductuales propios de estos”, continuó el profesional.
"Actúa como 'exprimiendo' neuronas para que liberen estas sustancias, facilitando euforia, sensaciones de poder, exaltación, agitación psicomotriz, aceleración del pensamiento. Que lleva, al desorganizar su coherencia interna, a la producción o ideación de paranoia hasta la constitución de delirios paranoides y pérdida del contacto con la realidad”, explica Dresl.
El corazón, otro de los órganos en ser víctima de esta droga ilegal. Los consumidores de cocaína corren el riesgo de sufrir un paro cardiaco o daños graves en el corazón. La cocaína es un vasoconstrictor, y la mayoría de ingresos hospitalarios por consumo de cocaína son por problemas cardiacos. “A mayor pureza, mayor riesgo de lesiones cardiacas y de sobredosis”, según reveló David Nutt neurofarmapsicólogo.
La piel sufre la adicción. La revista de la Sociedad Argentina de Hematología publicó en 2016 un estudio clínico a cargo de las doctoras María Elisa Maciel y Karen Duranona, dos especialistas del Hospital J.R Vidal de la ciudad capital de Corrientes. El trabajo definió a la patología como “un síndrome clínico-hematológico asociado a manifestaciones infecciosas severas”, con una baja de las defensas a causa del descenso de los neutrófilos, el principal tipo de glóbulos blancos en la sangre.
La neutropenia, es una enfermedad de origen principalmente farmacológico, provocada por la ingesta de sustancias. La enfermedad puede ser mortal, aunque puede ser aliviada si se interrumpe el consumo de la droga que la causa. Su consecuencia más extrema, tras síntomas como fiebre alta, es la necrosis de las células. Las lesiones pueden verse en nariz y orejas, también en mejillas. La cara del paciente, en cierto punto, se pudre.
El hígado y los riñones pueden sufrir la ruptura de células musculares. “La cocaína puede producir estragos en todo el cuerpo, no sólo en el corazón y en el cerebro, que quizás representan los peligros más conocidos. La gente conoce los efectos más frecuentes y muchas veces ignoran los diversos daños que puede sufrir el cuerpo con el consumo de esta droga”, explicó a Infobae Carlos Damín, jefe de Toxicología del Hospital Fernández, profesor de la UBA y director de FundarTox.
En los riñones, la cocaína empieza a destruir las celulas músculares (rabdomiolisis) y eso produce que los restos se acumulen y se corra un riesgo serio de que esos órganos se terminasen tapando. El hígado también puede sufrir un cuadro de la ruptura de células musculares y, al tratarse del único metabolizador que tiene el cuerpo humano, su mal funcionamiento puede desencadenar en insuficiencias de todo tipo en cualquier parte u órgano del cuerpo.