Las estafas siguen al pie del cañón, no se detienen y se repiten a pesar de las advertencias constantes de no brindar datos por mensajería y es lo que le sucedió a dos gastronómicos de la localidad de Campo Quijano, donde a nombre de dos empresas de servicios, intentaron, estafar a sus clientes hackeando sus cuentas de WhatasApp.
Uno de los que estuvo más cerca de ser perjudicado fue Humberto Ramos, dueño del conocido restaurante "Resto Ramos" de Campo Quijano. El hombre contó la situación. "Recibí una llamada de personas que se hicieron pasar por empleados de una empresa de energía eléctrica. Estaba ocupado, cambiando una instalación eléctrica del local, y sin sospechar, proporcioné el número de WhatsApp del restaurante".
Siguiendo las instrucciones que le dieron, el damnificado vio con sorpresa en pocos segundos cómo la tablet del negocio se bloqueó y fue entonces cuando se percató de la estafa.
Los estafadores al hackear el WhatsApp comenzaron a enviar mensajes a los clientes del restaurante, ofreciendo un menú del día a un precio mucho más elevado y solicitando pagos por transferencia a un nuevo alias bancario. Una de las hijas de Ramos, simulando ser cliente, contactó a los delincuentes y obtuvo un nuevo número de cuenta.
"Caí de manera inocente, como pensaba que era personal de Edesa, empecé a apretar tal botón, y otro botón como ellos me indicaban. Mis hijas actuaron rápido, y tuvimos que prevenir a nuestros clientes, estos estafadores usan el whatsapp inmediatamente para hacer caer a algunos de nuestros clientes", comentó Ramos.
Afortunadamente no se reportaron víctimas de la estafa, en parte porque los precios inflados levantaron sospechas entre los que frecuentan el local.
Clientes atentos, notaron un cobro excesivo en los precios de los menú del local y que pedían dinero por transferencia "cuando nosotros al llevar el pedido a domicilio cobramos en efectivo".
Finalmente, Ramos presentó una denuncia ante la policía de Campo Quijano. La familia comenzó a rastrear la cuenta de CBU brindada por los delincuentes. Hasta que lograron descubrir que el número de teléfono y la cuenta depósito utilizado por los estafadores provenía de Buenos Aires. "Por fortuna, ante nuestras advertencias nadie cayó en la estafa", remarcó Ramos.
Otro intento de estafa
Pero "Resto Ramos", no fue el único local, víctima de un intento de estafa este martes al mediodía. Otro local con delivery de la misma localidad casi sufrió el robo de su whatsapp con un ardid similar, solamente cambió la supuesta empresa de servicios que llamaba al local de comidas.
"Me dijeron que eran de la empresa de agua, que iba a necesitar una nueva conexión de agua, o sino íbamos a ser multados. En realidad nosotros tenemos todo bien, con nuestros permisos e impuestos. Me pareció sospechoso que llamen al número de pedido de comida y no al número del dueño. Cuando me empezaron a dar indicaciones sobre el número que me iban mandar, y cómo debíamos seguir ciertas instrucciones, me di cuenta de la estafa y les corté, previo insulto al tipo que me llamaba", comentó Jorge a El Tribuno.