


Martina Oliva dijo que no sabía de la droga e inculpó a su novio para tener domiciliaria ¿Que hay en su teléfono?
Justicia05/03/2025
La defensa de la ex Miss Orán, Martina Oliva, pidió dos veces el beneficio del arresto domiciliario, pero no tuvo éxito. Por el contrario, su situación procesal quedó más comprometida como una cómplice activa del transporte de droga.
Un doble revés judicial sufrió Martina Oliva, modelo y ex Miss Orán detenida por su participación en un transporte de 15 kilos de marihuana. La defensa de la joven, encarnada por el abogado Holver Martínez, planteó dos veces un pedido para que su clienta sea beneficiada con el arresto domiciliario.
Oliva, quien ganó mayor fama por su pasado como modelo en las redes sociales, fue detenida el 5 de febrero pasado, en un procedimiento llevado adelante por personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria en el acceso a la ciudad, a la altura del ex peaje Aunor.
Oliva viajaba con su novio, Gustavo Tolaba y Angela Cuenca, en una camioneta Toyota Hilux que hacía de “coche puntero” de una carga de drogas. Por detrás, circulaba un automóvil Citröen C3, en el que viajaban Juan Romero, Roberto Leitón y un tercer implicado, aún prófugo.
Al ver a los policías, los tres narcos emprendieron la fuga por la ruta 34 rumbo a General Güemes, para luego tomar la ruta 112 en dirección a Jujuy, aunque perdieron control del rodado, por lo que tuvieron que seguir a pie. Previamente, los acusados se habían despojado de la droga arrojándola por la ventana, pero el cargamento fue recuperado por los policías.
José Burgos, otro cómplice, fue detenido en su casa del barrio 17 de Octubre en la zona norte de la ciudad, desde donde revendía la droga que traían Tolaba y Oliva, en sus operaciones de tráfico, las que nacían en la frontera, en Aguas Blancas, a donde se acopiaba la marihuana. De allí, la banda de la narcomodelo y su novio, trasladaban la carga a Orán y luego a esta ciudad.
Los movimientos de esta organización eran seguidos desde noviembre del año pasado por el fiscal federal, Eduardo Villalba, quien encabezó el operativo que derivo en la detención de los seis imputados, aunque no se descarta que haya más implicados.
El 6 de febrero, y a pedido del fiscal, la jueza federal de Garantías, Mariela Giménez, hizo lugar a la imputación contra los acusados, excepto Burgos, por el delito de transporte de estupefacientes agravado por el número de personas intervinientes. Burgos, en tanto, fue acusado de tenencia de drogas, con fines de comercialización.
En esa audiencia, la jueza también ordenó la prisión preventiva de todos los acusados por un lapso de seis meses, fallo que fue impugnado por la defensa de Cuenca, mientras que el resto no presentó oposición, por lo que la medida de prisión se mantuvo.
A los días, Cuenca intentó revertir su situación a través de un pedido de arresto domiciliario, pero no tuvo éxito, pues la fiscalía fue contundente respecto a la participación que tuvo en el transporte de la droga. Burgos también planteó un recurso similar, pero tampoco le fue bien.
No sabía
El 26 y 28 de febrero pasado, en tanto, la defensa de Oliva intentó, primero ante la jueza Giménez, obtener el arresto domiciliario. Para ello, Martínez dijo que su clienta desconocía que la carga que transportaba era droga, pues su novio le había dicho que se trataba de hojas de coca.
Además, la joven -siempre a través de su abogado- trató de despegarse de su pareja, noviazgo que minimizó al sostener que apenas llevaban un mes, sin que haya convivencia, para así fundamentar que desconocía las actividades que su pareja desplegaba.
Sostuvo que ella viajaba porque tenía proyectado abrir un local de ropa en esta ciudad, para finalmente hacer mención de la supuesta situación de precariedad de sus hijas, las que habrían resultado afectadas por el escándalo en que derivó el caso, al trascender detalles de los procedimientos en los medios nacionales.
Para darle valor a esto, presentó un informe psicológico y ambiental, a la vez que propuso la declaración de dos peritos, pero la jueza se dio por satisfecha por la presentación por escrito que ya había realizado de ambas pericias.
Al responder al planteo, la fiscalía rebatió la descripción de desconocimiento que la acusada intentó instalar, al señalar que éste no era el primer viaje que hizo, pues existen registro de otros tres viajes y, en todos los casos, demoró 7 horas de Orán a Salta, tiempo que les tomaba evadir los controles para evitaría ser descubierto.
Además, en todos los casos, Oliva y Tolaba no se mostraba como una pareja de amigovios, sino que había una fuerte relación, pues ella tenía una intervención activa en los movimientos de los vehículos. Explicó la fiscalía que tampoco era cierto que Oliva no conocía al resto de los implicados, pues cuando llegaban a Salta, ella y Tolaba se reunían en la casa de Burgos, donde se hacía el pago de la droga.
En cuanto a la supuesta afectación de sus hijas por su ausencia, la fiscalía no cayó en la maniobra y le recordó que, a la hora de delinquir, la acusada no tuvo ningún problema para dejar a sus hijas y salir de madrugada en una empresa que podía terminar, como terminó, tras las rejas.
Ya en un segundo intento, ante los jueces Santiago French, Augusto Castellanos y Ernesto Solá, la fiscalía dejó en evidencia la verdadera razón por la cual Oliva y los otros acusados intentar salir de prisión, pues saben que el informe sobre el contenido de los teléfonos secuestrados estaría ya estaría por ser dado a conocer por los peritos.
“Tienen miedo de que se abra la caja de Pandora”, sostuvo el fiscal, quien se mostró confiado de que la información extraída de los teléfonos podría terminar de comprometer a los acusados, tanto respecto al transporte de los 15 kilos de marihuana como a otras posibles actividades ilícitas.
En vista de estos argumentos, tanto la jueza Giménez como sus colegas, del Tribunal de Revisión, rechazaron los planteos defensivos de Olivia, quien, por el momento, seguirá recluida en el Complejo Penitenciario de General Güemes, cuya presencia ya causó alboroto entre la población carcelaria, por supuesto masculina.







