



“Bendecidos por la varita mágica del Señor. Dotados de un talento único y universal. Así como dichosos, obligados a ofrecer sus recursos al resto de la humanidad. Estos personajes nacieron con lumbre propia, con un ángel celestial. Dedicados a ciudadanos ilustres, con fuego sagrado en su interior, que vinieron a hacer de nuestro mundo, un sitio mejor…”
Episodio 4: “En ausencia de ti “, por Nico Cortes.
Siempre un poco más allá. Distante del resto de los mortales. Algo así como un auto marginado. Personaje transgresor, diferente, contradictorio, polémico, irónico, único.
Rodolfo “Cholo” Vivas, no pinta lo que le da la gana. No es solo su antojo y ocurrencia. Dentro de sus obras siempre hay algo más. Siempre hubo algo más. Me cuesta escribir en pasado porque físicamente está ausente. Pero el hombre hizo obras. Hizo arte. Tuvo ese ingenio y esa particular creatividad que lo expuso públicamente y lo puso en un sitio selecto de los artistas de nuestra Salta.
Dejó sus huellas en Barcelona, Río de Janeiro, Buenos Aires, Cachi. Aunque al hombre le tiraba como ancla de buque en alta mar, su querida Salta. Nos conocimos en un café. La conexión fue inmediata. Compartimos amistad, hermandad y un taller en Villa Soledad que fue nuestra facultad. Música clásica para ambos. Mates para mí y whisky o cognac para él. Hojas de coca para mí y sin hojas para él. Charlas eternas de pintura, literatura, música, fútbol, mujeres.
“Me rompe las pelotas la hipocresía. Hay boludos que se creen artistas porque repiten o copian algo establecido. “Es que el hombre tenía pocas pulgas para opinar. Estaba tan convencido de lo suyo que iba a vivir y morir con su convicción. “¿Sabes las veces que me ofrecieron un puesto de empleado del estado sin hacer nada? Si, así como un ñoqui. Prefiero estar muerto que vivir de arriba. Yo vivo de lo que hago, hago arte y así viviré y así moriré.”
Después de esos relatos yo lo abrazaba. Sentía sus palabras como propias. Nos conectaba esa rebeldía de ir más allá. De evitar las modas, la lógica. De cambiar el rumbo de lo cotidiano. Lo superficial. De que el dinero sea una consecuencia y no una búsqueda primaria, inicial, prioritaria. “Dejame que te pregunte. ¿Qué cosas hacés mejor? ¿Jugar al fútbol, escribir, cocinar? Me recuerdas mucho a Dimitar Berbatov.” La admiración era mutua. Yo le respondía que sólo quería agradarme con sus elogios (cosa que le molestaba) y que quería pintar un cuadro como los suyos. Uno solo para la eternidad.
El rey del abstracto recordaba sus pasos por España. Destacaba a Picasso por su incansable entusiasmo de producir y trabajar. Imitaba a Dalí como a un personaje qué tal vez quiso ser. Dentro de su desorden respeta un orden. Tiene en su espacio un lado de pinturas húmedas y otras secas. Solo vendía de acuerdo a sus ánimos y no a su necesidad. Otro sector con algunas piezas en hierro y metal. Esculturas abstractas. Dibujos. Bocetos. Libros. CDs y tocadiscos. Fotos de su hijo. Recuerdos de su madre.
“Amo todos los colores como al arte mismo. Puede que le tenga cierto desprecio al amarillo, pero lo quiero igual.”
“Si vendemos algún cuadro compartimos unas empanadas. Ya sabes que es nuestro pacto. Es un brindis por nosotros y el arte”. Nombra entre sus amigos a Daniel Issa y Mario Teruel. Baja a tierra cuando nombra a su hijo. Se humaniza con su madre y en la privacidad muestra la faceta sensible que lo hace extraordinario.
Agradece que un cliente, empresario hotelero, le haya comprado veintiséis obras a cambio de un Ford Fiesta cero kilómetros porque si le daba el efectivo, lo hubiese malgastado y nunca hubiese tenido un transporte vehicular. Tenía total desinterés el dinero. Me cuesta respetar los tiempos porque escribo en presente sabiendo que ya no está.
Un recuerdo. Un homenaje. Un amigo elegido. Un artista de pies a cabeza. Puede que su alma deambule en sus obras. Ya sea Café del Tiempo. Hotel Sheraton. Municipalidad de Salta. Casas. Departamentos. Murales. Al gran Cholo Vivas, mi pincel, mi pluma, al tipo amante del límite, del abismo, de la poca sombra y del mucho color. Abrazo tu cuadro, siento tu fuego, tu amistad, tu calor.







Falleció "Chuequito", el caballo que colapsó durante el desfile en homenaje a Güemes














