



Con el auge del turismo consciente, lento y más conectado con el entorno, cada vez más argentinos eligen recorrer Europa a pie. Más allá de los típicos destinos turísticos, caminar por antiguas rutas cargadas de historia y espiritualidad se ha convertido en una experiencia transformadora. Italia y España, dos países con profundas raíces culturales y religiosas, ofrecen caminos ancestrales que hoy convocan a peregrinos, aventureros y buscadores de experiencias distintas.
Una tendencia que crece entre los argentinos
En un mundo marcado por la prisa y lo efímero, cada vez más viajeros argentinos buscan otro tipo de vivencias. Así nacen los viajes que combinan naturaleza, historia, reflexión y actividad física. Caminar durante días o semanas por paisajes rurales, pueblos antiguos y senderos históricos, comiendo comida casera y alojándose en sitios sencillos, permite reconectar con lo esencial.
Y si hay destinos perfectos para este tipo de experiencia, sin duda son Italia y España. Ambos países ofrecen redes de caminos que se remontan a la Edad Media, muchos de ellos con infraestructura turística preparada para recibir a los caminantes.
Italia: rutas cargadas de mística, historia y paisajes inolvidables
Con propuestas que no son tan masivas, las rutas a pie por Italia están ganando protagonismo. Aquí, el andar se vuelve un viaje a través del corazón del país, donde se combinan monasterios, pueblos medievales, campos, colinas y el espíritu del Mediterráneo.
Entre las rutas más destacadas se encuentran:
- Via Francígena: une Canterbury con Roma. En su tramo italiano, atraviesa el norte del país hasta la capital, y es considerada la “hermana” italiana del Camino de Santiago.
- Camino Materano: conecta la ciudad de Bari con Matera, y ofrece una travesía por el sur del país, menos conocido pero fascinante.
- Camino de los Dioses (Sentiero degli Dei): une la zona de Agerola con Positano, sobre la costa Amalfitana. No es largo, pero ofrece una de las vistas más increíbles de toda Italia.
- Camino de San Benito: atraviesa los lugares vinculados al santo que fundó el monacato occidental, ideal para quienes buscan un retiro espiritual en paisajes serenos.
- Camino de San Francisco: conecta Asís con Roma y permite recorrer los pasos del santo más querido de Italia.
- Camino Romeo Germánico: menos conocido, conecta Alemania con Roma, utilizado por peregrinos del norte en la Edad Media.
- Magna Via Francígena: recorre Sicilia, desde Palermo hasta Agrigento, ideal para descubrir el sur insular italiano a pie.
- Camino de Oropa: corta pero desafiante ruta en el norte del país que culmina en el santuario de Oropa, rodeado de montañas.
España y su clásico Camino de Santiago
El Camino de Santiago, en sus múltiples versiones (Francés, Portugués, del Norte, Primitivo), es el más famoso de todos. Miles de argentinos lo han recorrido y lo siguen eligiendo por su belleza natural, la riqueza cultural de los pueblos atravesados y la posibilidad de compartir la experiencia con caminantes de todo el mundo. El objetivo final: llegar a la catedral de Santiago de Compostela. Pero muchos coinciden en que, más que la meta, lo que importa es el camino.
Caminar es volver al origen
Más que hacer turismo, caminar por estas rutas es hacer un viaje hacia uno mismo. Para los argentinos que buscan algo más que una selfie frente a un monumento, este tipo de propuestas conjugan cultura, naturaleza, introspección y aventura. Ya no se trata solo de llegar a Roma o Santiago, sino de dejarse transformar por cada paso, por cada encuentro, por cada kilómetro recorrido con esfuerzo y disfrute.
Y como dicen muchos que ya lo hicieron: después de una experiencia así, uno nunca vuelve igual.





