Feliz Día, Tano Oiene

Antonio Oiene, el Tano como se lo conoce, fue protagonista ayer de un hecho que tuvo repercusión nacional: atrapó a un ladrón que quiso robarle su estéreo. Para quienes conocemos a este hiperquinetico periodista, la noticia no fue novedad, sencillamente porque sabemos que el Tano siempre la peleó, desde chico, como cuando un terrible accidente le arrancó a sus padres de esta vida y él tuvo que salir a poner el pecho para criar a sus hermanos.

Y así se fue formando, con una juventud de zapatillas rotas y pantalones gastados por el uso, a los que en el fondo le daba vergüenza vestir para entrar a la Universidad, después de trabajar, para estudiar una profesión que ama: periodismo. Y a esa aula el Tano la usaba como pista de despegue para hacer volar sus sueños. Ya de joven se llegaba hasta el almacén que está a la vuelta de su casa, en villa San Antonio, y de ojito miraba el diario que reposaba encima del mostrador. “Algún día voy a trabajar en El Tribuno, ese es mi sueño”, le comentaba a sus vecinos hasta los compañeros de equipo del club Villa San Antonio hacían fuerza para que el Tano se reciba y la planta editorial de Limache le abra sus puertas.

Y así, casi sin darse cuenta de tanto esfuerzo, un día entró en la calesita de cristal que representaba la puerta giratoria de vidrio que está en el diario, y se metió nomás. El Tribuno de Jujuy fue su primera prueba de fuego, luego pasó por la sección Deportes, Regionales, hasta Policiales hizo el Tano. Y recayó en la sección Locales, donde no se quedó con las notas convencionales ni armó partes de prensa. Su inventiva comenzó a funcionar a mil y su pluma le dio forma anotas que quedarán en el recuerdo y trascendieron las fronteras para ganar premios internacionales.

El daño que hicieron en la gente las minas antipersonales que dejaron sembradas los chilenos cuando se encaminaban a un conflicto armado con Argentina fue un sacudón emotivo enorme que el Tano supo informar al mundo. A partir de esta nota se movilizaron lasautoridades para erradicar de allí ese peligro.

Y así su pluma se confabulo con la mente del Tano, y entre ambas engalanaron las páginas del diario.“Cuando el Tano escribe, lo hace en serio”, dice la mayoría de sus colegas, conocedores de la firma de este periodista humilde, trabajador, hiperquinetico, buen tipo, de mal carácter cuando se enoja, pero un pan de Dios la mayor parte del día.

Felicidades, Tano, se que a vos no te gusta, pero sos ejemplo para muchos que admiramos tu tarea.

Fuente: www.informatesalta.com.ar