Justicia01/10/2024

Crimen en el barrio ARA San Juan: Si Ayelén hubiese hecho la denuncia ¿su muerte se habría evitado?

La noche anterior al doble crimen, la víctima llamó al 911 porque su novio se puso violento. Cuando la policía llegó, no lo encontró, así que le pidieron que haga la denuncia y se fueron. De haberla hecho, ¿habría recibido consiga inmediata.?

 A días de prorrogar la ley de emergencia por violencia de género en la provincia, el 10 de septiembre pasado, tres hechos de inusitado impacto justificaron esa medida que ya lleva más de una década decretada, sin que hasta el momento se hayan podido establecer acciones para neutralizar la extrema agresión hacia las mujeres.

Tres hechos tienen a los salteños conmocionados. El primero aún sin resolver. Se trata de la desaparición de Jésica Gutiérrez, ocurrida el 11 de septiembre, cuando salió de su trabajo en la localidad de La Caldera, sin novedades de su paradero hasta el momento, misterio que se potenció con el suicidio de su pareja, quien parece haberse llevado el secreto a la tumba.


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Casi ahí nomás, el 18 de septiembre, el cadáver de Dalma Salomé Bataches, de 23 años, fue hallado debajo de un puente sobre el río Arenales, en el barrio Santa Lucía. La joven estaba desaparecida desde hacía siete años, pero estaba aquí, en la ciudad.


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El sábado pasado, en tanto, sucedió el peor de los tres hechos y tuvo como víctima no a una persona, sino a dos: Ayelén Guantay y su padre, Juan Carlos. El escenario fue la casa que ambos habitaban en el precario barrio ARA San Juan, en la ladera del cerro, colindante a Villa Floresta.

La noche anterior, el viernes, su pareja, Rodrigo Morales, se había presentado para ver a Ayelén, circunstancias en que se suscitó una fuerte discusión, cuyos motivos aún no fueron confirmados. Lo cierto es que fue tal el grado de violencia que la joven, llamó al 911.

Cuando la policía llegó, Morales ya no estaba. La joven atendió a los policías y les contó el encontronazo con su novio, uno más de muchos. Ayelén, era madre de un niño, pero no con su asesino, sino de otra relación. El menor, la noche del doble crimen, no estaba en casa.

 


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Formalidad

Los uniformados antes de irse, le pidieron que haga la denuncia, trámite que dejó para el otro día, pues pensó que, por un tiempo, su novio no iba a regresar. Pero eso no sucedió, ya que, a las horas, Morales volvió e irrumpió en la vivienda.

Según las primeras conjeturas, el asesino atacó primero al padre de Ayelén, quien estaba en el baño. Juan Carlos Guantay presentaba un fuerte golpe en la cabeza, lesión que prácticamente lo mató. Tras eliminarlo, Morales fue en busca de Ayelén, a quien atacó ya armado con un cuchillo.

Según lo reportado por un hermano de la víctima, quien se hizo presente en la casa el sábado por la tarde, el cuerpo de su hermana con varios puntazos estaba tendido en su cama, mientras que el de su padre, yacía en el baño, aunque no se confirmó si también había sido acuchillado.

Cometido los crímenes, el asesino se refugió en los cerros lindantes, donde decidió cerrar el cerco de sangre con su propia muerte, con lo cual privó a los familiares de Ayelén a reclamar por justicia. Su cuerpo fue hallado al día siguiente. Solo tenía la misma ropa que vestía cuando cometió los homicidios y su teléfono celular.

Ayer, cuando fueron despedidos los restos de padre e hija, muchos familiares se mostraron indignados con el asesino, pero también hubo reclamos hacia la policía y la justicia, pues todos se preguntaron qué hubiese pasado si la noche anterior, Ayelén radicada la denuncia.

Se le habría asignado una consigna, o bien, se habría ordenado la detención de Morales. Estos y otros interrogantes más, que quedaron flotando entres los deudos, son una clara muestra de qué aún resta mucho por implementar para frenar este flagelo, como ser la asignación de consigna policial sin necesidad de una denuncia.


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