Hace tres años Gabriel “Chirete” Herrera fue condenado por el femicidio de Andrea Neri, su novia y madre de su hijo, durante una visita dentro del penal de Villa las Rosas. En ese momento ya estaba cumpliendo una condena de prisión perpetua por matar a su esposa también durante una visita en el penal de Metán en 2006. Luego de recibir una segunda condena a perpetua hizo un rally por las cárceles de Orán y Tartagal, pero finalmente regresó a la capital.
Según pudo conocer InformateSalta, Chirete llegó ayer a la capital salteña y fue alojado en una celda individual en el penal de Villa las Rosas, allí tendrá su propio baño, televisión y espacio. Aún no se evaluó si tendrá acceso a visitas de familiares, lo cierto es que se trata de una persona con un alto nivel de peligrosidad.
Una vez condenado se ordenó su traslado a la Unidad Carcelaria de Orán porque los primos de la víctima también están cumpliendo una condena en la capital salteña, es más durante visitas a ellos fue que Andrea Neri lo conoció. El objetivo era evitar conflictos, sin embargo Chirete no tuvo una buena estadía en Orán y debieron llevarlo a Taragal, pero allí se autolesionó e intentó quitarse la vida exigiendo volver a la ciudad.
Las amenazas, y el daño que se causó así mismo dieron efecto y se montó un importante operativo de seguridad para que regrese a Villa las Rosas. Desde que está privado de su libertad recorrió los penales de toda la provincia y si no se logra adaptar se evaluará su traslado a otra provincia.
Un caso inédito en la provincia
Gabriel Herrera es el protagonista de un hecho inédito en la provincia y que obligó a revisar y repensar el sistema de visitas dentro de las cárceles. En 2006 estaba cumpliendo una condena por robo calificado cuando asesinó a Verónica Castro, su esposa y madre de sus dos hijos.
Fue durante una visita, ella viajó desde la ciudad hasta Metán con sus hijos y su mamá para poder visitarlo, él dijo que tenía fiebre y necesitaba ir a buscar una pastilla a su celda y ella lo acompañó, no volvió más, le enredó en el cuello una remera y la estranguló, después salió y le avisó a su suegra e hijos lo que había hecho.
Nunca se supo a ciencia cierta porqué lo hizo, la madre de Verónica sospecha que ella le dijo que quería terminar la relación y buscar un mejor futuro para ella y sus hijos.
Tras ser condenado a prisión perpetua regresó al penal de Villa las Rosas y ahí conoció a Andrea Neri, quien sería su segunda víctima. La jovencita tenía 18 años, iba con su mamá a visitar a sus primos y ahí se conocieron.
Su primo quiso evitar el fatal desenlace, le advirtió a Andrea quien era Chirete pero ella no logró verlo e intentó que prohíban sus visitas pero no lo consiguió. Incluso el hijo mayor del femicida le envió una carta contándole lo que le hizo a su madre, pero ella tampoco lo escuchó. Esa relación creció al punto de que tuvieron un bebé.
El 5 de enero de 2017 Andrea fue con el bebé de ambos a visitarlo, pero nunca salió de ese lugar, él la increpó ante una sospecha de infidelidad, le quitó la criatura de los brazos y la puso sobre la cama del pabellón E, donde se alojaba y la mató de 36 puñaladas.