Un hombre de 33 años fue condenado a cuatro años y seis meses de prisión efectiva por resultar autor penalmente responsable del delito de abuso sexual gravemente ultrajante.
El imputado fue denunciado en marzo del año pasado por su hijastra, a quien sometió a tocamientos impúdicos en reiteradas oportunidades.
La joven refirió que cuando ella cumplió la mayoría de edad, el imputado, que era pareja de su madre, empezó a mirarla de manera diferente y luego comenzó a tocarla y a intentar besarla. Contó que se presentaba en su habitación mientras ella dormía y la tocaba en sus partes íntimas.
La damnificada señaló que, al principio, no se animó a contarle a su madre porque estaba enferma y su padrastro la amenazaba diciéndole que si hablaba, se iba a suicidar.
En el mismo fallo, el juez Guillermo Pereyra, vocal de la Sala VI del Tribunal de Juicio, absolvió al acusado del delito de abuso sexual con acceso carnal por aplicación del beneficio de la duda. Ordenó el traslado del imputado a la Unidad Carcelaria 1 y que se le brinde atención psicológica previo diagnóstico de un profesional mientras dure la privación de su libertad.
El juez dispuso además que se le realice al condenado un examen de ADN para su incorporación al Banco de Datos Genéticos, previa asignación del DUIG por el Registro provincial de condenados vinculados a delitos contra las personas y contra la integridad sexual.