En un conocido patio de comida de Tartagal hace tiempo que se generan disputas entre los puestos, y, al parecer, siempre son los mismos los conflictivos.
El sábado por la noche llegaron patrullas policiales al lugar luego de recibir alerta por robos, violencia y pelea entre los dueños de dos locales gastronómicos. Uno de ellos, Martínez, denunció que les habían entrado a robar y les rompieron cosas.
“Recién habíamos salido, cerramos y entraron a robar. Sacaron garrafas, rompieron paredes, sillas, matafuegos. Se llevaron un parlante que teníamos acá y parece que hicieron dos viajes con las cosas”, relató al iniciar.
Contó que cuando ellos llegaron y se dieron con tal situación, salieron a la esquina a ver si encontraban a alguien con sus cosas y fue ahí cuando fueron todos, borrachos, a pegarles.
Indicó que situaciones similares ya se vivieron varias veces, por lo que decidieron poner un sereno, pero no estaba al momento de este hecho. “Somos gente trabajadora. Conflicto o competencia no tengo, esto es maldad. Acá trabajan 7 personas además de mi familia”, sostuvo.
Añadió que ya no se recupera lo que les robaron, “ya lo perdido está perdido” dijo y relató que con palos, cuchillos y armas les pegaron y voltearon al hermano, pastor de una iglesia evangélica. “Esto tiene que terminar, necesitamos que por favor hagan algo”, concluyó.
La otra campana
Por otro lado, quienes fueron acusados como agresores y ladrones por parte de los Martínez, contaron otra cosa. “El supuesto pastor vino en su camioneta, se bajaron 10 personas y rompieron todo, sillas, se llevaron los pollos, tiraron comida y más”, relataron.
En el video en vivo de Videotar Noticias, mostró un zapato en el suelo que, afirman, pertenecía el pastor y cuando entró, lo perdió allí.
José, dueño de este otro local afirmó que llegaron hasta su puesto, él estaba con un amigo, lo llamaron se levantó de la silla, pero ellos empezaron a insultar y buscar problemas.
“Yo digo que el problema viene por el tema ventas”, añadió y sostuvo que ellos venden mucha cantidad a un precio más bajo, lo que podría desatar la ira de los otros vendedores.