



En julio, las ventas minoristas de las pymes experimentaron su séptimo mes consecutivo de declive, registrando una disminución del 3,6% en relación al mismo período del año anterior, según mediciones a precios constantes. En lo que va del año, el sector comercial acumula una caída del 1,6%. En comparación con junio, las ventas también disminuyeron un 3,2%.
La creciente inflación está ejerciendo una presión significativa sobre el consumo en todas las áreas económicas, excepto en la industria farmacéutica. Entre los sectores más afectados destaca el Textil e Indumentaria, que sufrió una contracción del 7% anual con respecto al mes anterior. Asimismo, Alimentos y Bebidas mostraron una significativa variación interanual del 4,3%. Esta tendencia de reducción en el gasto en bienes y servicios está generando un impacto en la desaceleración económica.
Los negocios consultados informaron que las últimas dos semanas de julio fueron particularmente difíciles, con ajustes de precios diarios, interrupciones en las entregas por parte de los proveedores y escasez de valores para algunos productos. Ante el constante aumento de precios y la rápida inflación, los salarios de los trabajadores quedan rezagados.
Este escenario está impactando negativamente en la demanda, mientras que los comercios enfrentan no solo la reducción de ventas, sino también el aumento de costos en alquileres y otros servicios, lo que disminuye sus márgenes de ganancia.












Sancionaron a un puestero del Mercado por violencia: sus hijas golpearon a una empleada


















