Hace pocos días la farmacia de Leguizamón y Alvear sufrió un robo a mano armada. Previamente se registró el robo de una mochila con dinero, de una batería, a otra farmacia y a una dietética. Esta vez, le tocó a una verdulería de Leguizamón al 1500.
El joven estaba dañando una pared de durlock para ingresar en horas de la siesta. La propietario advirtió el hecho, llamó a la policía y lo detuvieron.
La familia de una de las viviendas se anotició de lo sucedido esta mañana. La misma se encontraba sin sus moradores por razones de fuerza mayor. Aparentemente, los delincuentes habrían elegido cuidadosamente las casas vacías para delinquir. Aún no pueden creerlo.