Vuelven a pedir el cierre de la fábrica de papas fritas de Siria al 1400

Han sido numerosas y repetitivas las veces en las que InformateSalta se ha hecho eco de los inconvenientes, el enojo, el malestar y los reclamos por parte de los vecinos de calle Siria al 1400, a raíz de una fábrica de papas fritas la cual opera generando todo tipo de problemáticas, contaminación, malos olores y pesadillas.

Ahora esta fábrica vuelve a ser noticia ya que los vecinos volvieron a pedir su clausura. Ocurre que no cesan los malos olores ni los ruidos que conviven con ellos las 24 horas del día, los residentes del barrio 20 de Febrero están hartos de vivir en esta situación y parece que no hay nadie quien los quiera ayudar.

Sigue el malestar por la contaminación de una fábrica de papas fritas

En diálogo con FM Profesional un vecino de la zona, Eduardo, dio más detalles del panorama. “Estoy viviendo en el barrio hace 20 años y esta fábrica comenzó de a poco a crecer hace cuatro años, no podemos soportar los olores a grasa que salen de las chimeneas; en octubre personal de Habilitación Comercial de la Municipalidad clausuró esta fábrica por cuestiones de higiene y seguridad”, rememoró.

Sin embargo la clausura duró poco y nada. “Pusieron en funcionamiento la fábrica de papas fritas; hice el reclamo a Medio Ambiente pero nunca tuve respuestas, ahora los vecinos queremos hacer mediático este problema para que de una vez la Municipalidad venga a controlar como se debe”, reclamó el vecino.

Cabe recordar que el cierre de esta fábrica fue realizado por personal del Control Comercial, Bromatología y Control Ambiente luego que inspeccionaran el lugar y detectaron varias infracciones. Los informes del organismo municipal hicieron referencia a documentación vencida, malos olores, falta de higiene en las áreas de elaboración de alimentos, falta de certificado de manipulación de alimentos y actividad productiva no permitida en la zona.

Pese a estas falencias, fue en cuestión de horas cuando los vecinos reportaban a InformateSalta que la fábrica esperó que pasaran unas horas para romper las fajas, hacer que sus operarios ingresen y otra vez poner a funcionar las máquinas, como así que habían colocado un "vigía" que los alertara de la llegada de inspectores o personal municipal.