Vivir en la Antártida, la experiencia de un salteño y el jefe de una de las bases

Sociedad22/02/2022InformateSaltaInformateSalta
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La Antártida, conocida popularmente como el “continente blanco”, parece un sueño casi inalcanzable para muchos, sin embargo, también hay muchos argentinos y salteños que pudieron conocer y vivir la experiencia.

Para todos ellos, cada 22 de febrero no es día más sino uno especial, se cumple un nuevo aniversario de la primera vez que flameó la bandera Argentina en las Islas Orcadas. Con todos los recuerdos a flor de piel, y mirando a través de sus ojos, el suboficial Mayor Buzo ya retirado, Manuel Horacio Alzogaray, oriundo de Anta, contó a CNN Salta 94.7 cómo fueron sus días en la Antártida.

Su historia se remonta al libro de 4° de la escuela Primaria, donde vio por primera vez a la Fragata Libertad, algunos años después iba a tener su viaje en esa embarcación. Aunque no fue su primer amor, había llegado en un primer momento a la capital salteña para dedicarse al fútbol pero escuchar el testimonio de un amigo de su tía, Infante de Marina, lo llevaría a abandonar la pelota e ingresar a la fuerza.  


Antartida ArgentinaUn día como hoy, hace 118 años, se izaba por primera vez la bandera Argentina en la Antártida

“Hice los trámites y allá por el año 78 tomé rumbo sur, algo desconocido. La comunicación, esa época, dependía de una radio pacheco, teníamos 2 minutos para poder comunicarse con un familiar. Y los telegramas lo sabíamos cada vez que llegábamos a una base, tardaba 30 días una carta. En la primera campaña tenía 19 años y a medida que van pasando los años uno va creando experiencias y cada etapa son situaciones diferentes”, dijo.

Sobre la travesía de llegar hasta las bases argentinas en la Antártida, detalló que dependiendo del estado del mar, se deben navegar entre unos 5 o 6 días. Lo primero que se empieza a divisar son pequeños hielos.  

De septiembre a abril no tenemos noche, las 24 horas es de día. A medida que nos vamos aproximando más hacia el Polo Sur, se empieza a ver hielo más compactado, se ven témpanos y las temperaturas. Ahora es muy cambiante pero hay temperaturas de hasta 40 grados bajo cero. Y lo más complicado es viento que sopla y eso hace más difícil permanecer en el horario que se hace la descarga de los materiales. Yo soy buzo, entonces somos los primeros en desembarcar en las bases y verificar por donde deberían bajar las lanchas”, expresó.

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La realidad allá es muy diferente a la que se vive en el territorio nacional, pero para Manuel, quien pasó 35 años de su vida en la Marina, realizó 5 campañas a la Antártida y participó de varias misiones, todo es cuestión de acostumbrarse.

“Darse fuerza entre uno mismo. Además, donde va uno, hay un salteño, es una manera de pasar, uno siempre busca el horizonte. Es una belleza única, sé que hay muchos salteños en las diferentes bases que están haciendo Patria ahí. Yo soy uno de los que tuve la suerte y la satisfacción de estar ahí. Aquel pibe jovencito que quiera ingresar, a cualquier fuerza, va a tener la oportunidad de visitar, de conocer y de tener experiencia, que es nuestra Patria tan inmensa”, manifestó.

Otro testimonio

A la charla sobre la experiencia antártica, se sumó Guillermo Tarapow, quien supo ser Jefe de la Base Antártica Orcadas y se enamoró de ese mundo por su padre. Con tan solo 11 años, en la década del 70, lo acompañó en un buque turístico antártico como representante de la Nación Argentina y piso a las Islas Malvinas.

“Eso te marca de por vida, te genera un compromiso, te hace sentir verdaderamente especial. No solo guarda relación con las experiencias familiares, sino también por ese cariño, esa pasión que yo veía en mi padre. El bichito antártico una vez que te pica adentro, nunca vuelve a ser indiferente como antes. Ingresé a la Armada, con 25 años de edad fui designado para ser jefe de la Base Antártica Orcadas, su fundación es la que le da al día de hoy la fecha como día de la Antártida Argentina”, relató.

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Para él, que en el 87 invernó 18 meses en la base, en épocas donde el Internet no existía, el mayor problema no fue soportar la temperatura sino el aislamiento, el estar lejos de sus afectos. Eso cambió con los años y con la llegada de WhatsApp.

“Todo el mundo va con una función a la Antártida, esas funciones son científicas, logísticas o de apoyo, pero todos van con una función o cumpliendo un plan nacional. Es un tiempo de sacrificio para la persona y para las familias y los amigos que están de este lado del continente. Todo el mundo lo que intenta es honrar cada segundo de esa vida alejada de nuestros afectos. Empezar las tareas bien temprano a la mañana para llegar exhaustos a la noche y poder dormir en paz”, manifestó.

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En este sentido, indicó que de lunes a viernes con las tareas del día a día y el ritmo exigido, el tiempo pasa volando. Los fines de semana, la situación es totalmente diferente. “Los sábados a la noche, y más cuando uno es joven, uno dice que estoy haciendo aquí, pero por suerte rápidamente se calibraba el alma de nuevo y sabía que uno estaba como herederos de una tradición argentina que nos hacía sentir orgullosos. Lo importante de todo esto es el sentido por el cual uno va y esa es la Patria, la Nación Argentina”, aseguró.

Finalmente, subrayó que Argentina fue el primer país en haber ocupado de manera ininterrumpida la Antártida. “Una permanencia honrosa, de haber hecho muchas misiones de salvataje y tener una tradición antártica como ninguna. No nos podemos copiar de nadie, porque fuimos los primeros”, concluyó.

 

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