Al noroeste de Córdoba, a 19 km de la localidad de General Levalle, existe una inmensa guitarra realizada con más de 7.000 árboles que fascina desde hace años a los pilotos que sobrevuelan la zona. Detrás de esta ocurrente idea, existe una gran historia de amor.
Se trata de un homenaje póstumo realizado por el productor agropecuario Pedro Martín Ureta, a su esposa Graciela Yraizoz, quien falleció a los 25 años, en el año 1977. Le llevó más de 5 años de arduo trabajo definirla.
La Guitarra está construida a lo largo de 25 hectáreas. En sus contornos está constituida por pinos cipreses californianos de color verde oscuro, y las 6 cuerdas de la guitarra con eucaliptos medicinales de un tono característico azulado. Por su parte, el puente y la estrella que decora la boca de la guitarra, están delineadas por pinos cipreses de piña.
Cuando se plantaron los árboles, a fines de la década del '70, tenían entre 15 y 25 cm. 35 años años después aproximadamente, alcanzaron su tamaño definitivo y su madurez, con lo cual los contornos del instrumento se hicieron bien visibles desde lo alto.
La Guitarra se expresa desde el aire como un dibujo natural inmenso y preciso, llevando al observador al asombro desde cada perspectiva que se la contempla.