Abusó de su hijastra por años mientras la madre dormía "medicada" por traumas de niña
Justicia25/07/2023InformateSaltaEsta dramática historia salió a luz en el juicio seguido al abusador, un ex jugador y árbitro de fútbol tucumano, quien recibió una condena de 11 años de prisión por los abusos cometidos a una adolescente desde que tenía apenas 6 años. InformateSalta pudo conocer algunos detalles previos a la denuncia y una historia que se repite.
El esfuerzo de toda una vida de una mujer que, repuesta junto a una hermana de abusos sexuales sufridos en su ámbito familiar, se vio sobrepasado hace un año, cuando su hija de 15 años le contó que -desde los 6- era víctima de los mismos vejámenes que había padecido en su infancia a manos de su propio padre.
En este caso, el agresor no fue el padre biológico de sus hijos, sino un ex jugador de fútbol que decantó como árbitro y terminó siendo cerrajero, de quien se había enamorado al punto de permitirle que fuera a vivir a su casa, a los dos días de iniciar la relación amorosa.
Sin imaginarse el abusador que se escondía detrás de su nueva pareja, les confió a sus dos hijos, concebidos con su primera pareja, un sujeto que rápidamente se tornó en un alcohólico que la sometió a un calvario que derivó en la disolución de la relación.
Repuesta de los abusos sufridos en su niñez y un mal matrimonio, le abrió la puerta a un nuevo amor, quien se instaló en su casa. Sin ocultar nada, le confesó su triste pasado e incluso un padecimiento que acarrea de por vida, lo que fue aceptado por el acusado, quien supo mostrar dos facetas totalmente opuestas a los hijos de su mujer, pues el varón lo quería como un padre.
Con reglas claras, como la de no estar a solas con su hija menor y pagar los gastos de la casa, la relación avanzó. Mientras su pareja aportaba con lo que ganaba como empleado de una ferretería del barrio, árbitro de fútbol y luego como cerrajero, ella limpiaba casas ajenas y estudiaba para ser preceptora.
Nada, a su parecer, hacía presumir un mal presagio. Al menos, era lo que creía, tanto que ya habían planeado formalizar la relación en el altar, pero todos esos sueños se echaron por tierra, cuando el 22 de febrero del año pasado, su hija, ya de 15 años, le pidió hablar a solas.
En la intimidad, la menor estalló en llantos, le pidió perdón por no haber hablado antes y le confesó que, desde los 6 años, era abusada por su nueva pareja, lo que sucedía, por lo general, en horas de la noche, cuando ella dormía debido a un fuerte medicamento que debe ingerir por su enfermedad.
La denuncia
La confesión de su hija, más allá del fuerte impacto que una revelación como esa puede causar, no hizo más que reactivar sus propios padecimientos, así que no tardó nada y en seguida planificó como llegar lo más rápido posible a la comisaría más cercana para denunciar lo sucedido, pues si algo aprendió, es que no debía callarse nada.
Le pidió a su hija que se prepare para ir al colegio, pero cuando esté por salir de casa, pidiera que su mamá la acompañe hasta la parada, para de esa manera no levantar sospechas de su pareja, ya delatado como abusador. Previo a ello, colocó en la mochila de su hija dinero y todos los documentos necesarios para la denuncia que iban a realizar.
Y así sucedió, según conoció InformateSalta, ambas salieron de la casa a la parada, mientras su pareja se fue a comprar a un almacén. Apenas se vieron libres, acudieron hasta la subcomisaría de Villa El Sol, donde denunciaron al acusado, quien luego fue detenido en la casa de su mujer.
Hace un mes, entre el 14 y 28 de junio, el caso fue ventilado en el juicio seguido contra el acusado como autor material y penalmente responsable del delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por la guarda y por la convivencia preexistente en perjuicio de una menor de dieciocho años de edad, continuado.
Bajo la dirección de la jueza Paola Marocco, vocal de la Sala VII del Tribunal de Juicio, la madre de la menor, una amiga, profesionales, peritos y otros testigos prestaron declaración y recrearon los padecimientos sufridos por la menor, casi los mismos que su madre padeció.
Aunque en un inicio el acusado optó por mantenerse en silencio, al final, al verse abrumado por los testimonios en su contra, pidió declarar, pero no para reconocer los hechos, sino para sembrar dudas y tomar distancia de la acusación, por la cual el fiscal penal Gustavo Torres Rubelt pidió una pena de 14 años de prisión, al igual que la querella y la asesoría de menores e incapaces.
La defensa, en cambio, reclamó la absolución por el beneficio de la duda. La pena impuesta por la jueza, sin embargo, fue de 11 años de cárcel, la que ahora el ex futbolista paga en el penal de Villa Las Rosas, mientras la víctima, su madre y su otro hijo reconstruyen la vida familiar acompañados por familiares, amigos y el acompañamiento terapéutico del Estado.