Días atrás se conoció cómo la justicia resolvió que el arzobispo de Salta, monseñor Mario Cargnello, y otros tres religiosos, cometieron distintas formas de violencia contra las monjas de clausura del convento San Bernardo, ordenando que reciban tratamiento terapéutico y se capaciten en cuestiones de género.
Sin embargo y en medio de las repercusiones del caso, la defensa monseñor Cargnello consideró que esa “resolución” fue pobre, con un “copie y pegue” de leyes y declaraciones, considerando que la actitud tomada por el Juzgado de Género que actuó dejó mucho que desear.
Así lo dijo el doctor Eduardo Romani, abogado del arzobispo quien en diálogo con Somos Salta apuntó primeramente a que esta medida se dio a conocer en medio de las Pascuas, en referencia a que el caso salió a la luz un Jueves Santo de hace un par de años.
“Salió una ‘sentencia’, es una resolución que no es condenatoria, en el sentido que un Juzgado de Violencia de Género no puede condenar a una persona, esos juzgados no buscan la realidad de lo sucedido, sino aplican medidas cautelares”, objetó primeramente. A esto agregó que esa resolución, como la llamó extiende medidas cautelares planteadas en un primer momento, como también amplía otras cuestiones como ser capacitación o cursos, tratamientos que son normales para un juzgado de ese índole.
“Cuestionamos muchas cosas, la parcialidad del caso, pero todo lo vamos a dejar bien explicitado en los agravios del proceso civil que se lleva adelante”, aseguró Romani quien agregó: “Aquí hubo una mala comunicación, (la condena) es muy pobre en los argumentos, es muy confusa si se hace un análisis técnico, con un lenguaje irrespetuoso en algún punto”.
“Tenemos 25 y 30 páginas de copie y pegue de leyes y declaraciones… estamos muy decepcionados por la Justicia y con este juzgado”