El papa León XIV recibió al número uno del tenis: "Si quiere, jugamos un poco"

Internacionales14/05/2025
Jannik Sinner

En una nueva muestra de su afinidad con el deporte, el papa León XIV recibió en audiencia privada al tenista italiano Jannik Sinner, actual número uno del mundo. El encuentro se desarrolló en las salas adyacentes al Aula Pablo VI del Vaticano y contó con la presencia de Angelo Binaghi, presidente de la Federación Italiana de Tenis y Pádel (FITP), así como las familias de ambos protagonistas.

El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, confirmó el encuentro y destacó la sintonía del Pontífice con el mundo deportivo: “Es conocida la pasión del Papa por el deporte y recibió en las salas adyacentes al Aula Pablo VI a Sinner y a Binaghi con sus respectivas familias”.

El comentario fue recibido con risas y tuvo una doble lectura: por un lado, el talento del tenista italiano y, por otro, la traducción literal de su apellido al inglés, que significa “pecador”.

 El encuentro en el Vaticano se desarrolló en un clima distendido. Sinner, vigente campeón del Abierto de Australia y reciente vencedor del US Open, se animó a bromear con el Papa y lo desafió: “Si quiere, jugamos un poco”. Fiel a su estilo cercano y simpático, León XIV respondió entre risas: “Mejor aquí no, porque todo se rompe”.

Regalos, invitaciones y charla sobre tenis

Durante la audiencia, el presidente de la FITP, Angelo Binaghi, aprovechó la ocasión para entregarle al Papa réplicas de los trofeos de la Copa Davis y la Billie Jean King Cup. Además, lo invitó formalmente a asistir a algunos partidos del Masters y WTA 1000 de Roma.

 En la conversación, León XIV también se interesó por el rendimiento de Sinner en el torneo que se disputa en la capital italiana. “¿Ganaste anoche?”, le preguntó el Pontífice. A lo que el tenista respondió: “Los tres primeros partidos fueron difíciles, pero seguimos adelante”.

 El encuentro entre el máximo referente espiritual de la Iglesia Católica y el actual líder del ranking ATP dejó una imagen poco común, donde el deporte y la fe compartieron un mismo espacio de diálogo, respeto y humor. (Infobae)

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