



Tras la intervención del Instituto Provincial de Salud (IPS) y el hallazgo de un déficit económico que supera los 25 mil millones de pesos, el Ministerio de Salud de Salta dio inicio a un proceso de revisión profunda del sistema, con el foco puesto en la transparencia, la eficiencia y la modernización.
El ministro de Salud, Federico Mangione, confirmó que se puso en marcha una auditoría integral, impulsada por la Sindicatura General de la Provincia, para identificar fallas estructurales y responsabilidades. “Se está trabajando con seriedad. El IPS es un organismo complejo y requiere una intervención técnica, no solo administrativa”, indicó.
Mangione calificó al sistema como “obsoleto” y subrayó la necesidad urgente de digitalizar la historia clínica y establecer mecanismos de control transversales. “No se trata de perseguir a nadie, sino de recuperar una obra social que ha sido esencial para miles de salteños”, señaló.
En ese sentido, el ministro fue claro al destacar que la falta de control permitió abusos que derivaron en el deterioro financiero del IPS: pagos injustificados, uso indebido de carnets, fundaciones que cobraban sin sustento médico y un crecimiento desordenado del gasto en medicamentos.
“La salud pública no puede sostenerse sin control. Necesitamos una gestión moderna, con trazabilidad en cada peso que se invierte”, afirmó Mangione, quien también hizo un llamado a los afiliados a asumir un rol activo en la vigilancia del sistema: exigir facturas, reportar irregularidades y cuidar los recursos comunes.
Consultado sobre el origen del problema, el ministro no dudó en señalar una deuda de responsabilidad política de administraciones anteriores. “Esto no es nuevo. Es el resultado de años de desidia y decisiones equivocadas. Ahora toca ordenar”, declaró.
Finalmente, advirtió sobre los riesgos que enfrenta el sistema sanitario en el país. “Estamos en un momento crítico. Si avanzamos hacia un modelo excluyente, donde solo accede a la salud quien puede pagar, perdemos el sentido de lo público. Y eso es lo más grave”.
Para Mangione, la única salida es institucionalizar el control y apostar por la tecnología como herramienta de equidad y eficiencia. “El IPS tiene futuro si lo modernizamos. De lo contrario, será una pérdida irreparable para la salud de los salteños”.





