



Frente a la fuerte caída del turismo receptivo y el aumento del déficit en la cuenta corriente, el Gobierno evalúa implementar una alícuota reducida de IVA para las actividades turísticas. Así lo confirmó el secretario de Turismo, Ambiente y Deportes de la Nación, Daniel Scioli, quien señaló que se busca seguir el ejemplo de varios países europeos donde el impuesto para sectores intensivos en empleo ronda el 10%.
“El objetivo es mejorar la competitividad de la estructura de costos sin recurrir a devaluaciones ni subsidios”, sostuvo el funcionario, y aseguró: “Argentina no es un país caro, es un país valioso”.
La preocupación por la pérdida de divisas cobró fuerza tras el informe del INDEC, que reveló un déficit de cuenta corriente de más de u$s5.100 millones en el primer trimestre del año. El turismo emisivo —viajes al exterior— fue una de las principales causas: la salida de dólares por este rubro superó los ingresos en u$s2.755 millones. A esto se suma que, en mayo, el turismo hacia el exterior creció un 48,9% interanual, mientras que el ingreso de visitantes cayó un 10,1%.
Con vistas a la temporada de invierno, las reservas siguen bajas y la incertidumbre crece entre empresarios del sector. Algunos destinos apenas superan el 20% de ocupación, aunque los hoteleros confían en que muchos turistas decidirán a último momento.
IVA turístico: una medida para ganar competitividad
Tal como adelantó Scioli, la medida que se evalúa contempla una reducción del IVA para los servicios turísticos, replicando modelos ya aplicados en Europa. “Allí, actividades intensivas en mano de obra como hotelería y gastronomía tributan al 10%, lo que permite ganar competitividad sin alterar otras variables macroeconómicas”, explicó. La propuesta, además, ya fue conversada con empresarios del sector y cuenta con el respaldo de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica Argentina, que venía impulsando una iniciativa similar.
En este contexto, el funcionario subrayó que es necesario adoptar un enfoque fiscal más eficiente, y advirtió sobre los efectos negativos de medidas como la devaluación o los subsidios indiscriminados.
“Muchas veces el turismo receptivo ha dependido del tipo de cambio, pero Argentina tiene condiciones únicas para atraer visitantes por su riqueza natural y su patrimonio cultural”, sostuvo Scioli.
Qué hacen otros países
Diversos países ya aplican esquemas diferenciales de IVA para fomentar el turismo. En la Unión Europea, por ejemplo, existe una banda de alícuotas reducidas que los países pueden adaptar. En España, la tasa general es del 21%, pero el sector turístico tributa al 10%. En Italia, el IVA general es del 22%, con una reducción al 10% para hotelería, gastronomía, transporte y servicios culturales.
En América Latina, Uruguay aplica una política aún más agresiva: los turistas extranjeros están exentos de IVA en hoteles, y los consumidores locales abonan solo un 9%. Además, los pagos con tarjeta permiten recuperar parte del impuesto en servicios gastronómicos, e incluso se ofrece una devolución total del IVA para turistas extranjeros en temporada alta.
Desde el sector turístico ven con buenos ojos la posibilidad de aplicar un IVA diferenciado, aunque reconocen que su implementación dependerá de la disponibilidad fiscal del Gobierno, que hoy se encuentra limitada.









