Los fiscales Ramiro Ramos Ossorio y Pablo Paz hicieron una descripción pormenorizada de la investigación y la hipótesis a la que llegaron luego de más de tres meses de trabajo.
Durante una nueva audiencia de debate prestó testimonio una de las médicas psiquiatras del CIF que realizó pericias sobre el acusado y su madre, Amalia Huergo. Develó que Zambrani, además, tiene anestesia emocional y es reticente a colaborar.
Declaró que el acusado le había quitado su celular y le bloqueaba contactos de hombres. También que quería prohibirle que se hable con otros chicos.
Varios testigos aseguraron que el acusado aparte de ser remisero se dedicaba a la venta de drogas y había pedido la pastilla de clonazepan con la que sospechan durmió a la joven.
Durante la segunda audiencia del juicio, declararon dos amigos de Santiago Zambrani, el principal sospechoso del femicidio de la joven de 21 años y una tía de la víctima. Todos coincidieron en que no existía una relación sentimental seria entre ellos.
