Violencia en el noviazgo, un flagelo que atraviesa a los salteños
Gritos, celos, golpes, insultos, una mezcla peligrosa, que no distingue edad y está muy presente en las relaciones de pareja. La dramática historia de Mariana. Hoy habrá una charla.
Sociedad27/05/2016Cuando el amor se convierte en obsesión y control. La violencia en el noviazgo es un flagelo que con el correr de los años toma más fuerza en la sociedad.
Por ese motivo, hoy en la Plaza 9 de julio a partir de las 17 horas, la organización JESeR, dedicada a la promoción de la salud y los Derechos Sexuales y Reproductivos con perspectiva de Género, brindará una jornada de concientización sobre la violencia en el noviazgo y las distintas formas y herramientas para prevenir, actuar y acompañar en esta situación.
“Cuando atravesamos una situación de violencia lo más importante es animarse a denunciar y buscar ayuda terapéutica para aprender a soltar”, contó a InformateSalta Mariana, una joven que sobrevivió a un infierno.
Pasaron siete años de aquel terrible momento que la llevó a pedir ayuda a los gritos. Su novio, con quien mantuvo una relación de casi tres años, la atacó por celos. La tiró al suelo, comenzó a patearla, los insultos eran cada vez más ofensivos y denigrantes. Por más que intentaba defenderse no podía, él la superaba en fuerza y tamaño.
Al verse superado, su pareja, agarro un cuchillo y comenzó a cortarse, “se lastimaba para que no lo deje y yo tenía mucho miedo. Me amenazaba con suicidarse, si lo hacía no iba a poder vivir con esa culpa”, contó Mariana.
Ensangrentado cayó sobre la cama de un pequeño departamento en el que vivía solo. Ella le quitó el celular y llamó a su hermano. “Por favor, vení a buscarme, tengo miedo”, alcanzó a decir.
Aún en el piso pensaba la manera de escapar, parecía imposible porque estaba encerrada, no era la primera vez que me pasaba.
Cuando sonó el portero la violencia se reavivó. “Saltó de la cama, se dio cuenta que había pedido ayuda y comenzó a golpearme de nuevo. Me tiraba del pelo, las cachetadas se volvieron piñas. Volvió a tirarme al suelo y a patearme. No sé en qué momento logré quitarle las llaves, abrir la puerta y salir corriendo”, detalló Mariana.
En segundos la joven corrió por su vida. Él la alcanzó, la empujó y ella perdió el equilibrio, cayó por las escaleras.
En el hall del edificio estaba una empleada de limpieza que quedó paralizada al ver la imagen. Desde la calle se escuchaban los gritos de su hermano que no podía entrar a rescatarla.
Contra todo pronóstico Mariana logró abrir la puerta y salir. “Mi hermano no podía creer lo que estaba viendo. Me subió a su auto y me sacó de ahí. La madre de quien fue mi novio, me ofreció hacer una denuncia pero pudo más el miedo. Nadie me podía garantizar ningún tipo de seguridad”, explicó.
Hoy se siente fortalecida. A pesar de que durante semanas tuvo que maquillarse los moretones del cuerpo y esperar casi dos años para hablar con su familia sobre aquel traumático episodio, logró recuperarse.
“Es fundamental buscar ayuda. Se puede salir a pesar del miedo, de la angustia y del dolor. En una sociedad donde las relaciones toxicas son moneda corriente necesitamos aprender a querernos y a respetarnos”, finalizó Mariana.
Si sufrís violencia de género, podes pedir ayuda al 144, Oficina de Violencia Familiar en Ciudad Judicial o al 911.
Fuente: InformateSalta