Salta celebra el 207° Aniversario de la Batalla de Salta en Plaza Belgrano

Los actos en conmemoración al 207° aniversario de la Batalla de Salta comenzaron por la mañana en un acto encabezado por el vicegobernador Antonio Marocco en la plaza General Manuel Belgrano. Allí tuvo lugar el izamiento de los Pabellones Nacional y Provincial, se entonaron las estrofas del Himno Nacional y se colocó una ofrenda floral al pie del monolito en honor al General Manuel Belgrano.

Posteriormente, las autoridades se trasladaron al monumento 20 de Febrero donde se dio continuidad a los actos protocolares, los que comenzaron con la colocación de ofrendas florales a cargo de los diferentes estamentos.

El discurso inicial lo dio el comandante de la V Brigada de Montaña, coronel Mariano Castelli, quien indicó que “en un momento de profunda seriedad, nos reunimos aquí para honrar a nuestros muertos y evocar la victoria de la Patria frente a este Monumento”.

“A partir de estos momentos debemos tener en cuenta cuando transitamos por aquí elevar un pensamiento de gratitud por estos centinelas que entregaron su propia  vida para que hoy seamos argentinos”.

“Desde este Monumento se dirigen estos padres de la Patria a nosotros, y nos exigen que aquí en esta casa, quede todavía un lugar donde se trabaje con ardiente corazón y serena cabeza y donde, si fuese necesario, se sepa entregarlo todo por el país”.

A continuación, tomó la palabra el ministro de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología, Matías Cánepa, quien explicó los motivos de la ausencia del gobernador Gustavo Sáenz. “Es un acontecimiento que nos convoca a todos, aunque en esta oportunidad no está presente el gobernador de la provincia, que se encuentra en nuestro Norte porque, como el mismo señaló, hoy la Batalla de Salta la debemos librar allí y en cada lugar de nuestra Salta donde la pobreza, la falta de educación, de salud, de trabajo digno golpe y esclavice a nuestros ciudadanos”.

“La historia no son solo hechos que sucedieron, es siempre una enseñanza para el presente, para  los desafíos que cada generación debe enfrentar. Las batallas que hoy debemos dar, no necesitan de cañones, sino  que nuestras mejores armas con las que hay que perpetrarse son la humildad y no la arrogancia que destruye a las personas, los pueblos, por su incapacidad de escuchar al otro y saber que las respuestas a los problemas surgen del diálogo”.