Entre otros casos adjudicados a Pablo Rangeón, tres de ellos revelan un modus operandi que tenía como blanco a jóvenes adolescentes, especialmente entre los 15 y 17 años, las cuales solía encargarse de buscar personalmente en paseos por el corredor de La Balcarce, o bien, en gimnasios o clases de fitness.
Uno de esos casos fue denunciado por una joven que, al conocerse que Rangeón estaba tras las rejas, se presentó y reveló lo sucedido cuando tenía 15 años. En su relato, explicó que el acusado la captó cuando iba a clases de fitness a un gimnasio en el caso céntrico.
Cuando la encontró, se mostró asombrado y le aseguró tenía todo el potencial para ser una modelo top y que debía estar en su staff. “Me decía que tenía cuerpo, actitud y que me iba a hacer muy famosa”, palabras que no sólo sirvieron para cautivarla, sino también a sus padres.
Ya en sus filas de modelos, Rangeón supo aguardar lo suficiente hasta que la joven se sintió cómoda. En esos momentos, le ofreció una beca y con ello vinieron los abusos, primero de manera verbales con piropos subidos de tonos y luego poniéndola por encima de las otras chicas.
Durante las clases, y siempre con la excusa de corregir la postura, “ponía sus manos arriba de cintura y bajo mis pechos”. A ello, siguieron constantes invitaciones a boliches, como Hakuna y One, con “previas” en su departamento, donde siempre había chicas de su staff “Inspirarte”.
Sesiones de fotos
La joven contó que en las sesiones de fotos, se aparecía en el salón cuando las modelos se cambiaban. “Sigan cambiándose que yo soy una mujer más entre ustedes”, repetía y para que quede claro les prohibía que fueran a los baños a cambiarse, caso contrario las amenazaba con dejarlas de lado de las fotos.
“También veía como discriminaba a mis compañeras por ser más rellenitas, morochas o simplemente porque no le gustara a él”. Llegado un momento, le confesó estar enamorado, tanto que podría “ir a la cárcel por mí”, una premonición que finalmente se cumplió.
Los abusos se sucedían en cada desfile. En una oportunidad, la joven relató que llevaba puesto un top y que Rangeón, al mirarla, no se mostró convencido, así que le pidió a una maquilladora un clip y le levantó la prenda. “Así se ven mejor las gomas”, dijo.