La moneda está girando en el aire: ¿fue Ómicron, con su elevado poder de contagio, una virtual “vacuna universal” contra el Covid para evitar nuevas variantes, o el mundo todavía está lejos del final de la pandemia? La respuesta es sinuosa.
Ómicron, variante de preocupación desde el 26 de noviembre de 2021, ha sumado unos 130 millones de nuevos casos registrados -cerca del 12 por ciento fueron reinfecciones-, para redondear un total de 415,6 millones de positivos de Covid. El mundo tiene cerca de 7.800 millones de habitantes.
El coronavirus tendría aún bastante terreno fértil por recorrer. Y en la medida que sus genes muten, mayores chances de anidar no sólo en individuos que nunca tuvieron contacto con la infección, sino también en los que ya adquirieron inmunidad a partir de alguna de las variantes conocidas.
Junto con la inmunidad natural, aparece la vacunación, que además de proteger a los susceptibles evita la aparición de nuevas variantes. A nivel global, la cobertura es heterogénea. Europa y América tienen los niveles más altos de población vacunada. África, los más bajos.
Variantes del Covid-19, cronología
En nuestra región, el 70 por ciento de la gente recibió dos dosis. En la Unión Europea, el 71 por ciento cuenta con esquemas completos. En América del Norte, el 70 por ciento. En Asia, el 63 por ciento. En Oceanía, el 60. Y en África, el 11.
El promedio mundial es del 54 por ciento. El déficit más evidente sigue siendo el continente africano, aunque otras regiones del planeta conservan conglomerados sin inmunizar.
La mutación del Covid y la velocidad a la que muta, está determinada en gran medida por ese terreno virgen que el virus encuentra para replicarse. La última variante conocida, Ómicron, surgió precisamente en un país africano, Botswana, y de allí pasó a Sudáfrica para desparramarse por el planeta.
La pregunta entonces es qué pasará con el Covid en los próximos meses. Pi podría ser la denominación de una potencial nueva variante de preocupación, sucesora de Ómicron en el alfabeto griego.
¿Seguirá siendo Pi nombre exclusivo de la constante matemática más famosa o quedará asociada también a la salud pública? ¿Cuánto tardará en aparecer un nuevo combo de mutaciones de riesgo?
Y en definitiva, ¿será Pi o Godot? Los pronósticos no son unánimes. Algunos expertos empatizan más con la primera posibilidad. Otros, más optimistas, vinculan la espera con el personaje de Beckett que nunca se presentaba.
Una imagen del 30 de noviembre pasado en Sudáfrica, plena explosión de Ómicron. Foto: EFE
Posturas y argumentos
El químico e investigador del Conicet Gabriel Vinderola, profesor de Microbiología de la Universidad del Litoral, ofrece un panorama alentador: “La pandemia ya está en su recta final. Las últimas variantes fueron más contagiosas pero menos agresivas. Si sale otra será tan poco agresiva que pasará inadvertida. Nos contagiaremos de algo que ni nos daremos cuenta”.
¿Dejará de haber muertes por Covid? “Creo que se van a igualar en cantidad con las muertes por gripe o neumonía. Será indistinguible. Habría que ver los números finos, pero la letalidad de Ómicron ya iguala a la de la gripe estacional”, afirma el experto en diálogo con Clarín.
Jorge Quarleri, virólogo de la UBA e investigador principal del Conicet, responde: “¿Qué va a ocurrir después de Ómicron? Creo que nadie tiene certezas. Ómicron hizo un enorme aporte a la epidemiología del Covid-19 en número de casos”.
Explica que “el nivel de inmunidad en nuestra población va a ser más alto que antes de Ómicron, y eso nos ayudará no sólo con Ómicron y Delta, sino que también con cualquier variante nueva en un grado que es difícil predecir. El coronavirus probablemente nunca desaparecerá por completo. Es cauto anticiparnos a que regrese otra versión del virus, aún sin definiciones imprudentes, pues el escenario alberga incertidumbre a lo que viene después”.
Quarleri considera que “la siguiente variante podría ser igual o incluso más transmisible que Ómicron. Podría dar a las personas síntomas más graves, o ningún síntoma en absoluto. El virus podría mutar gradualmente, como sucedió con las variantes Alfa y Beta. O podría dar un gran salto, como con Delta y Ómicron”.
Jorge Quarleri, bioquímico e investigador del Conicet.
Un interrogante es si, en el corto plazo, el Covid dejará de ser pandemia para volverse endémico. Gregory Poland, epidemiólogo de la Clínica Mayo, sentenció hace unos días: “Todavía no estamos en ninguna etapa en la que podamos predecir endemicidad”. Y advirtió, incluso, que el virus demostró capacidad de infectar a los animales, por lo que según su punto de vista podría circular indefinidamente a medida que se transmite entre especies y continúa mutando.
Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, dijo que espera que el Covid se vuelva endémico. Pero aclaró que eso “sólo sería posible si no aparece otra variante que eluda la respuesta inmune de la variante anterior”.
De ahí que, ante un panorama tan complejo, resulte clave el desafío que la OMS le ha planteado a fines de enero a investigadores y laboratorios: lograr una vacuna “pancoronavirus”. Esto es, un inmunizante cuya tecnología atraviese cualquier tipo de coronavirus y sus variantes.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS. Foto: Reuters
Quarleri hace foco, también, en el peligro de la eliminación de las restricciones que hoy ganan terreno en el mundo. “Tratar el coronavirus como endémico podría erosionar el compromiso de las autoridades de Salud de los países de rastrear y responder a la pandemia, lo que podría dejar a los países volando a ciegas y sin preparación para cualquier nueva variante”.
Aclara que “el Covid inevitablemente se convertirá en una enfermedad endémica”. Aunque subraya que “ése es un concepto resbaladizo. Resulta inconveniente pensarlo como el escenario ’deseado’, pues hay endemias cuyo impacto en la salud tiene en sí mismo un elevado riesgo”.
Esto es -afirma- porque “la transición a la endemicidad, o ’vivir con el virus’ sin restricciones ni salvaguardas, es difícil de modelar con precisión. Refleja un juicio sobre cuántas muertes están dispuestas a tolerar las sociedades mientras la población mundial aumenta constantemente la inmunidad”.
Y concluye: “El Covid realmente se volverá endémico sólo cuando la mayoría de los adultos estén protegidos contra infecciones graves porque han estado expuestos varias veces al virus cuando eran niños y, por lo tanto, han desarrollado inmunidad natural. Eso tomará décadas, y significa que muchas personas mayores hoy -que no estuvieron expuestas cuando eran niños- seguirán siendo vulnerables y podrían necesitar vacunas con periodicidad definida”. /Clarín